El Celta salió con una medio sonrisa de la visita a su dentista particular. Después de diez derrotas seguidas en Vallecas, el equipo vigués salió con un punto en el zurrón después de un partido en el que Dituro le sostuvo en el primer tiempo con sus paradas y tras el descanso dispuso de sus mejores opciones. 

El punto supone un pequeño refuerzo antes de recibir al Barcelona en Balaídos, partido que seguramente condicionó demasiado la alineación de Coudet que decidió concederle descanso a un puñado de futbolistas. Iago se quedó en el banquillo, también Nolito. Hugo Mallo ni tan siquiera viajó y todo ello obligó a Coudet a jugar con una alineación algo circunstancial. Y eso el Rayo lo castigó en el primer tiempo. Un monólogo del veloz equipo madrileño frente a un Celta que se limitó a esperar y a buscar envíos largos que siempre acababan en los pies del rival. Fue ahí donde emergió la figura de Dituro una vez más. El portero se ha convertido en una de las grandes -y escasas- buenas noticias del Celta. Sus paradas a disparos de Falcao e Isi anularon al Rayo y le dieron vida a los vigueses, demasiado tímidos, lentos y agazapados en su campo. Pesó demasiado la falta de profundidad en los laterales, lo improvisado de algunas posiciones y también la lesión de Mina, que dejó el partido a los pocos minutos y será duda para el choque del sábado ante el Barcelona.

Coudet recondujo algunas cosas en el segundo tiempo. Primero se dejó de rifar el balón con tanta alegría y poco a poco fue recolocando algunas piezas. La entrada de Nolito -que devolvió a Denis al medio- permitió ocupar con más sentido ese sector y el equipo lo agradeció. El Celta jugó en el campo del Rayo. Es cierto que sin ocasiones, pero al menos Dituro había dejado de ser el protagonista del partido. Le faltó a los vigueses algo de chispa en el balcón del área para inclinar el encuentro en los minutos en los que tuvo más sometido al Rayo, siempre peligroso en sus transiciones.

A falta de poco más de diez minutos salió Aspas al campo. Coudet confiaba en que un instante del moañés en el campo sirviese para solventar el asunto. Y pudo suceder en una falta al borde del área en el descuento, ideal para su pierna izquierda. No tenía mal aspecto, pero la cabeza de un defensa impidió lo que podría haber sido el colofón ideal para la visita del Celta a Vallecas.