Primer partido de la temporada bajo un intenso aguacero. Acudieron pocos espectadores a Balaídos, 8.700, y los que fueron tuvieron que soportar la incomodidad de la meteorología, que el estadio, en su fase actual de reforma, no mitiga de manera adecuada.

Varios aficionados se quejaron de que la lluvia azotó con fuerza Tribuna, anegando incluso de agua las primeras filas. Los técnicos asumen que esos problemas no se corregirán mientras no se remodelen los fondos y estos funcionen como parapeto, cerrando el perímetro. Y en uno de ellos, el que sigue en pie, Gol, había agujeros en la uralita de la zona que linda con Tribuna.