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Balaídos recupera su “ejército”

Unas 200 personas moviliza un partido como el Celta-Sevilla del domingo, ya con aforo completo tras 603 días de la última cita en la normalidad previa a la pandemia | Reabren las cantinas y el servicio de catering

La grada de animación de Balaídos, que ahora se traslada a la esquina de Río Bajo y Gol. // MARTA G. BREA

El fútbol vuelve a la normalidad y Balaídos abrirá este domingo sus puertas de par en par para acoger el aforo completo 603 días después del último partido sin restricciones de público como consecuencia de la pandemia del coronavirus. Un “ejército” de unas doscientas personas velará por que todo funcione sin problemas durante el partido entre el Celta y el Sevilla, correspondiente a la novena jornada del campeonato de Liga 2021-22. A las medidas de seguridad habituales se añade la utilización obligatoria de la mascarilla, además de que solo se podrán consumir bebidas y comida en la zona de bares. Según las previsiones del club, se espera que el coliseo vigués acoja unos 15.000 aficionados, que tendrán que distribuirse en las tres gradas disponibles, pues la de Marcador está reconstruyéndose.

Después de un largo periodo de fútbol sin aficionados, Balaídos recuperará el mismo trajín que cuando cada dos semanas acogía un partido con una afluencia de entre 17.000 y 22.000 seguidores. La actividad que generará este partido entre célticos y sevillistas arrancará a primeras horas de la mañana del domingo y movilizará a unas 120 personas, entre voluntarios, porteros y gente de seguridad. A ellas habrá que añadir alrededor de medio centenar de efectivos policiales, así como entre veinte y treinta personas que atenderán las cantinas y el servicio de catering de los palcos, que se reabren en Tribuna. Las obras de Marcador, por otro lado, obligan a trasladar la grada de animación a la esquina de Río Bajo con Gol. Balaídos recuperará su imagen habitual, aunque sin la emblemática grada de Marcador.

Sin ese graderío, el estadio reduce su capacidad a unos 17.000 aficionados. El club confía en que ante el Sevilla acudan unos 15.000, una cifra menor a la que se registró el 22 de febrero de 2020, la última vez que se disputó un partido con aforo completo. Aquel Celta-Leganés, celebrado días antes de que la OMS declarase la pandemia del coronavirus, fue presenciado por 19.335 espectadores.

Más de año y medio después, el fútbol recupera la normalidad. “Es volver a poner en marcha toda la estructura; y desde el punto de vista de la infraestructura del estadio, es reabrir las cantinas, adecentar los espacios donde la gente va a poder consumir bebidas y comidas, pues no podrá hacerlo en la grada. Los palcos vip volverán a estar de nuevo ocupados al cien por cien. Todo eso, ponerlo de nuevo en solfa, es lo que esta semana nos está generando dolores de cabeza, pero bendito sea”, explica Carlos Cao, director de área de negocio del Celta, sobre el trabajo de poner en marcha de nuevo la maquinaria de Balaídos durante un día de partido.

Julio Vargas, director de seguridad del club vigués, pone número a este “ejército celeste”, necesario para abrir el estadio y que acoja a tantas miles de personas. “Son unas 120 personas las que estarán disponibles para el partido”. En este caso, Vargas subraya que son las mismas que en citas anteriores, cuando las restricciones solo permitían aforos del 40 o el 60 por ciento. A ellas se añaden los agentes de policía y de los servicios de catering y de las cantinas.

Los que acudan por primera vez a Balaídos tras la pandemia se encontrarán con “un nuevo estadio”, según Cao, teniendo en cuenta que ahora “es una instalación abierta por el derribo de Marcador”.

Respecto a la previsión de asistencia, el director del área de negocio del Celta habla de la “incertidumbre” generada tras la COVID de “como van a responder los aficionados. Nos está pasando a todos los clubes que no hay una respuesta unánime. No sé si es un poco el temor a que el coronavirus todavía está ahí. Pero si ese es el temor, creo que casi todas las comunidades están ya rompiendo un poco el estado de alarma, Galicia lo va a hacer en las próximas horas, según parece, y eso también va a ayudar un poquito a que esos miedos, esos temores a lo que pueda pasar en el estadio se borren. Y esto tendrá que volver a la normalidad. La mayor parte de la gente está deseando que el espectáculo vuelva y pasa por que haya gente en la grada. Es indispensable, necesario, forma parte del fútbol y sin la gente es otro deporte distinto. Lo hemos visto en esta última temporada con los estadios vacíos. Esto va a empezar a volver a la normalidad poco a poco y si el miedo es ese, la derogación de los estados de alarma y la vuelta a la normalidad va a ayudar a que se pierda ese temor”, añade Cao.

Evitar aglomeraciones al entrar y salir

El Celta afronta la visita del Sevilla, cuarto clasificado de la Liga, con la posibilidad de llenar las gradas de Balaídos. Sin restricciones en el aforo, se pondrán a la venta entradas para el público, que oscilan entre los 50 euros en la grada de Tribuna Alta con los 30 de Gol. El club propone que se eviten aglomeraciones al entrar y al salir del estadio. El precio para acudir a Tribuna Baja es de 40 euros –30 si son menores de 25 años–, el mismo que para Río Alto o Bajo –en este caso los menores de 25 años pagarán 25 euros–. Las obras de Marcador suponen, según el club, “un contratiempo. Al final, tienes un fondo vacío y has de reubicar a todas las peñas y socios que pertenecían a la histórica grada de Marcador. Así es otro estadio. Si ya hablamos normalmente de las incomodidades de Balaídos, en esta fase incluso va a dificultar el consumo de bebidas y comida en el descanso”, sostiene Carlos Cao, director del área de negocio del Celta. Por primera vez en este curso, se abrirán las cantinas, en las que se podrá beber y comer. No así en el grada, donde solo se permitirá el consumo de agua. Y la mascarilla es obligatoria en todo el estadio. “Seguimos con COVID y ante la posibilidad de que se levanten los estados de alarma hay que utilizar el sentido común a la hora de disfrutar del partido, que todos pongamos nuestras mascarillas y que no nos lancemos unos encima de otros. Sentido común y que disfrutemos lo máximo posible del partido. Además, que vayamos lo más escalonados posibles al entrar y salir en el estadio, que hagamos lo mismo al acudir a las cantinas y que todo vaya lo más rodado posible”, subraya Cao.

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