El Celta vuelve a tener cara de circunstancias, como cuando ni los resultados ni el juego le sonreían en tiempos de Mohamed, Cardoso, Escribá u Óscar García y le llevaban a pasar muchos apuros clasificatorios y a provocar gran sufrimiento a su afición. Las dudas lo atormentan. El equipo de Coudet reincide en malos vicios, como no saber sostener una idea de juego y facilitar las victorias a los rivales. Ayer ante el Elche, el conjunto celeste protagonizó otra mala actuación, agravada porque no le acompañó el resultado, como sí le sonrió ante el Granada, que acalla críticas. No obstante, pese a la mala imagen mostrada en el Martínez Valero, los célticos acariciaron el empate por unos instantes, mientras el árbitro revisó el gol de Iago Aspas cuando se jugaba el minuto 89. Munuera Montero, sin embargo, anuló el tanto por considerar que el moañés se había ayudado con el brazo para controlar el balón. También pudo empatar Galhardo, tras enmendar con un remate al palo un defectuoso lanzamiento de Mina, pero finalmente valió el tanto del ‘Pipa’ Benedetto nada más reanudarse el segundo tiempo, tras un despropósito defensivo de Murillo y de Tapia.

El Elche pudo ampliar el marcador en una segunda parte alocada, después de un primer tiempo insufrible. Como viene siendo más habitual de lo deseado, los célticos acabaron buscando la jugada heroica que les salvase de otra mala actuación coral que pudiese maquillar un problema más profundo, como es el que Coudet no encuentra la fórmula para que su equipo supere a rivales que le cierran los espacios y esperan agazapados algún balón regalado.

La derrota de ayer duele más porque llega después de que el Celta consiguiese encadenar dos victorias, pese a sus problemas para generar juego ofensivo. Los resultados positivos facilitan el camino para encontrar soluciones y buenas dinámicas, como ocurrió el curso pasado tras la llegada de Coudet. Ahora, los célticos se van a otro paréntesis de la Liga con una dolorosa derrota, con muchas dudas sobre su juego y con cinco jugadores con problemas físicos: Brais Méndez (se pierde la convocatoria con la selección española), Nolito, Beltrán, Murillo y Tapia. El peruano se incorpora a la selección peruana que afrontará tres partidos de clasificación para el Mundial antes de regresar a Vigo sin apenas tiempo para preparar la visita a Vigo del Sevilla.

Ante el equipo andaluz se estrenó el año pasado Coudet como técnico del Celta y ahora le toca afrontar una importante reválida para borrar las sospechas que su equipo viene generando en lo que va de campeonato, donde solo ha sumado 7 puntos sobre 24 disputados. Pobre balance, aunque lo más preocupante es la mala imagen que dejó ayer ante un rival directo por evitar el descenso. Una temporada más, ese ha de ser el principal objetivo a perseguir por un Celta que ayer se vio superado por un Elche que permitió pocos espacios al rival, le puso más intensidad en las segundas jugadas y aprovechó una de las ocasiones que le regalaron los de Coudet tras protagonizar un primer tiempo indigno de una competición que necesita renovar la audiencia y cumplir las expectativas que genera el campeonato español.

En una jornada calurosa en Elche –el árbitro recuperó los tiempos muertos para refrigerarse–, el Celta se presentó con el mismo once inicial que frente al Granada. Nolito ocupó el costado izquierdo del ataque y Beltrán se situó por delante de un Tapia que lució en el corte pero no así en la confección de un juego demasiado previsible, sin apenas velocidad y movilidad en busca de espacios. El Celta dominaba en la posesión pero sin inquietar a Kiko Casilla. El Elche estaba cómodo defendiendo a un rival que no vio puerta en la primera mitad y que se complicó la vida con pérdidas de balón en el centro del campo que tampoco acabaron inquietando a Matías Dituro.

Los ataques de ambos equipos se habían mostrado inofensivos en la primera mitad. La igualdad en el marcador la rompió Benedetto a los 48 minutos. Antes, Murillo había rematado flojo un saque de esquina. El Elche aprovechaba un golpeo de cabeza de Barragán desde el centro del campo para provocar un circuito defensivo en el rival. Fidel controló el balón y asistió a Benedetto, que aprovechó la desidia de Murillo y de Tapia en busca del balón para superar a Dituro. El delantero argentino se estrenaba como goleador con el equipo en el que forma parte del accionariado.

El Elche se ponía en ventaja para sumar su primera victoria en casa del curso ante un rival que no reaccionó al golpe ni en el campo ni desde el banquillo. Es más, Fran Escribá aprovechó la lesión de Verdú para realizar tres cambios. Minutos después, ya cumplida a la hora de juego, Coudet recurría a un movimiento clásico: Cervi por Nolito y Denis por Beltrán.

En ataque, Aspas fallaba o se equivocaba en la elección de la jugada, Mina no encontraba espacios y Brais Méndez tampoco aprovechaba las subidas de Mallo por la banda derecha. Por la izquierda, Galán se iba diluyendo en un jugador que solo luce en desbordes en el centro del campo, falla peligrosos pases y ayer incluso se vio desbordado en la contención. Y sin la química necesaria para generar peligro, Coudet apeló a la heroica y desfiguró el once para dar entrada a Solari por Murillo y a Galhardo por el lesionado Brais.

Pero Boyé, Raúl Guti y Benedetto pudieron ampliar la ventaja. Mallo evitó un gol de Piatti y Dituro otro de Fidel. En el minuto 81, Galhardo tocó de cabeza el balón rematado por Mina. El palo evitó el empate del Celta, que en el 89 celebró el gol de Aspas pero el árbitro lo anuló porque el moañés se llevó el balón con la mano. Pese a los diez minutos de descuento, no hubo más ocasiones de gol y el Celta se marchó de Elche con una derrota y con cara de circunstancias porque no sabe mantener una idea de juego, genera muchas dudas.