Denis Suárez centra la atención del celtismo en este inicio de temporada y por razones extradeportivas. No es por el entusiasmo que despertó su regreso en verano de 2019 ni por la esperanza de que ofreciese una mejor versión en su segunda temporada. El conflicto con el presidente, Carlos Mouriño, a raíz del veto a la agencia de representación del salcedense por el “caso Bryan Bugarín”, lo ha situado en una posición incómoda. El presidente ha hablado abiertamente de esa conflicto, abocado a que Denis cambie de destino a la conclusión de esta campaña. Muchos aficionados entendieron además que Denis se había equivocado al retuitear el mensaje de Intermedia Sport Player en el que demandaban una disculpa por parte del presidente.

Todo eso ha enturbiado la situación del salcedense, al que además Coudet ha dejado en el banquillo en las dos últimas alineaciones buscando mayor equilibrio en la medular con Fran Beltrán. En este escenario, Denis necesitaba vincularse a gestos conciliadores y aportaciones futbolísticas. Ya ha iniciado avances en el terreno diplomático con declaraciones en las que recuerda esa relación de amor con el Celta que inició siendo un niño. Y ayer anotó el gol que ha permitido al equipo celebrar al fin una victoria con los suyos; literalmente porque la montonera celeste se fundió con la felicidad de la grada.

“Necesitamos coger carrerilla y sumar cinco o seis partidos ganando. La victoria es clave. Vamos a Elche a ganar”, asegura Denis, que resta importancia a la tensión con el Granada. “Es normal en un partido de esta necesidad. Ellos tenían tres puntos y nosotros, cuatro. Necesitábamos la victoria. El míster de ellos se está jugando el puesto y nosotros tenemos que ganar en casa. Son cosas que se dan en un partido. Ellos también han tenido la victoria en una contra y nosotros la hemos materializado al final. Pero creo que los tres puntos son justos tal y como se dio el partido”.