El Celta se vio obligado ayer a abrir las taquillas de Balaídos para facilitar que sus abonados pudiesen cambiar de asiento en el partido de mañana contra el Granada e intentar recuperar el espacio que ocupaban con anterioridad. El club volverá a ofrecer mañana lunes este servicio de reubicación en el estadio (de 10 a 14 y de 17 a 21 horas) tras pedir disculpas a sus socios y reconocer fallos en el programa automatizado de asignación de asientos.

La cola en las taquillas de Balaídos daba ayer la vuelta por la grada de Gol hacia la de Río. | // PABLO HERNÁNDEZ

Largas colas se formaron en la mañana de ayer en el exterior de Balaídos, con esperas de más de dos horas para intentar sentarse en la misma butaca que antes de que todo cambiase tras la pandemia del coronavirus. Las restricciones sanitarias para acceder a cualquier evento deportivo, unidas a las obras de remodelación de la grada de Marcador obligaron a un reajuste en las plazas de asiento de Balaídos que generaron mucho cabreo y denuncias por parte de los abonados.

Buena parte de las quejas se generaron por el cambio de una ubicación centrada a una esquina del campo, mientras que los perjudicados por estos cambios comprobaban cómo la butaca anteriormente ocupada por ellos se ponía a la venta por parte del club o era asignada a un socio de otra grada.

“Asientos cambiados. Me temo que la solución de urgencia al ofrecer cambio de asiento a los abonados descontentos con la ubicación asignada inicialmente va a generarle al Celta más quebraderos de cabeza. Los sistemas no están preparados y los abonados ya no tienen paciencia”, señalaba en Twitter @VigoCeltic, uno de los abonados que ayer acudió a las taquillas de Balaídos para intentar recuperar el lugar perdido por ese reajuste en las localidades del estadio.

De hecho, a primeras horas de la mañana hubo problemas en los sistemas informáticos del club al no permitir asignar asiento a un socio por estar reservado ya para la venta a un aficionado que quiera acudir mañana al partido del Granada.

En esta ocasión, el Celta había decidido poner a la venta entradas al comprobar que los abonados no cubrían todo el aforo que permitían las autoridades en cada partido. Así, muchos socios comprobaron que sus asientos estaban a disposición de cualquier aficionado cuando a ellos le asignaban una plaza en una situación peor del estadio. Así lo denunciaba ayer uno de los seguidores del Celta: “Tras dos horas de la cola, entradas cambiadas para la zona central de Río Bajo. Es decir, esas entradas las tenían libres para poner a la venta y los socios, con asientos sin visibilidad”, se quejaba @elcolla, otro de los muchos afectados.