El Celta será el primer equipo de LaLiga en visitar el Santiago Bernabéu tras la remodelación de casi 800 millones de euros que ha situado al coliseo blanco a la vanguardia de los recintos deportivos del mundo. El estadio madridista ha sido históricamente terreno inhóspito para el cuadro vigués, que suma apenas media docena de triunfos en 55 visitas en Primera División. Solo cuatro técnicos de los treinta y ocho que han dirigido al Celta en la máxima categoría presumen de haber logrado poner una pica en terreno blanco: Baltasar Albéniz, Ricardo Zamora, Víctor Fernández y Fernando Vázquez. Los cuatro marcaron época por la finura de su juego y la consecución de logros deportivos que ocupan un lugar de privilegio en los anales del club.
A este selecto grupo de entrenadores se propone unirse el domingo Eduardo, el Chacho, Coudet, el técnico elegido para dar un salto de calidad al Celta a las puertas de su centenario. El argentino quiere aguar al Madrid la fiesta del estreno y revertir con un triunfo de prestigio el discreto arranque liguero protagonizado por su equipo. Será la primera vez que el Chacho comparezca en el coliseo blanco, pues el pasado curso el duelo se jugó en el Alfredo Di Stefano. Lo hará sin miedo, con la convicción de que el Celta puede dar la talla en cualquier escenario y la certeza de que es mucho lo que se puede ganar y muy poco lo que perder.
Las primeras victorias del Celta en terreno madridista se remontan a los orígenes de LaLiga, cuando el Athletic Club era el equipo hegemónico y el cuadro celeste brillaba con luz propia con un equipo de ADN gallego y delantera de marcado acento canario. El director de la orquesta era el eibarrés Baltasar Albéniz, uno de los entrenadores más importantes de aquellos tiempos, que entre otros muchos equipos dirigiría luego al Real Madrid. Albéniz no solo fue el primer técnico en ganar en el viejo estadio de Chamartín (demolido en 1946 para construir el Santiago Bernabéu), sino que lo hizo durante dos temporadas consecutivas, logro que Fernando Vázquez repetiría 63 años después.
El choque se disputó el 22 de marzo de 1942 con cómoda victoria para los celestes, que se repusieron del tempranero gol de Alday con goles de Vitoreiro y un doblete de Juan del Pino que el Madrid solo pudo maquillar con un tanto de Botella a seis minutos del final.
Más cómodo aún fue el triunfo céltico el siguiente curso, con el pontevedrés Ramón Encinas (que había guiado al Celta en sus primeros pasos en la década de los 20) al frente del banquillo blanco. Los celestes tuvieron esta vez el mérito de remontar en la segunda parte los dos goles anotados por Alonso y Alday en el primer tiempo. Del Pino, Venancio y Francisco Roig, con otro doblete, protagonizaron la gesta.
La tercera victoria del Celta en campo madridista se produjo un lustro después, en el curso 1947-48, de la mano del legendario Ricardo Zamora, artífice de uno de los más grandes equipos celestes que ha dado la historia. El triunfo en el Nuevo Estadio de Chamartín (renombrado en 1956 Santiago Bernabéu) fue apenas una pincelada de una temporada histórica, en la que el equipo vigués disputó su primera final de la Copa del Rey (entonces del Generalísimo) y concluyó cuarto (su mejor clasificación histórica) en LaLiga. Aquel mítico grupo logró también la mayor goleada celeste en terreno blanco (1-4), tras dar la vuelta a un madrugador tanto de Luis Molowny. La gesta llevó la firma de cuatro leyendas del conjunto celeste: Areitio, Hermidita y Pahiño, que posteriormente se convertiría en uno de los más grandes delanteros que han jugado en el Real Madrid, y que aquella tarde anotó un doblete a su futuro equipo.
Tuvo que pasar medio siglo para que la afición celeste pudiese celebrar una victoria en el campo del Real Madrid. Ocurrió en noviembre de 1998, apenas una semana antes de asombrar a Europa goleando en Balaídos al Liverpool. Fue el preludio del gran Celta europeo de los siguientes años que Víctor Fernández convirtió en referente de las buenas maneras futbolísticas. El repaso al Madrid en el Bernabéu fue, pese al resultado, considerable. Los celestes dominaron con gran autoridad el choque, que se llevaron con goles de Lubo Penev y Claude Makelele. Roberto Carlos acortó distancias a seis minutos del final. Un espejismo. El holandés Guus Hiddink dirigía al cuadro merengue.
Víctor Fernández no logró volver a poner una pica en el Bernabéu en los tres años más que estuvo al frente el Celta. Su relevo lo tomó Miguel Ángel Lotina (que clasificó al equipo por primera y única vez para la Liga de Campeones) y posteriormente, tras un traumático descenso, Fernando Vázquez, que restauró la categoría perdida y clasificó de nuevo al equipo para Europa.
Su victoria en el Bernabéu en la segunda jornada liguera fue el preludio de una magnífica campaña. El duelo estuvo repleto de alternativas: Pablo Contreras abrió el luminoso a los siete minutos, Ronaldo Nazario igualó, de penalti, rebasada la media hora y Julio Baptista adelantó a los de Vanderlei Luxemburgo en el 44 solo un minuto antes de que un exmadridista, Antonio Núñez, estableciese de nuevo las tablas en el marcador sobre la bocina del intermedio. El choque se decidió a trece minutos del final con un gol fantasma de Fabián Canobbio.
El último triunfo celeste en el Santiago Bernabéu se produjo el 5 de noviembre de 2006 con Fabio Capello al mando del Madrid y Vázquez en su último año al timón del Celta en una campaña, a la postre, aciaga, que llevó al Celta a Segunda División. Pero nada de esto se presagiaba cuando los celestes vencieron por segundo año consecutivo en terreno blanco (1-2), gracias a los tantos de Nené y Jorge Laerena, quien deshizo a nueve minutos del final el empate establecido por Emerson poco antes del descanso.
