No es el verano un tiempo en el que haya que tomarse demasiado en serio los partidos de entrenamiento. En la mayoría de casos no son más que puro artificio y cualquier conclusión que se pretenda sacar debe llevar un asterisco. Ayer el Celta ofreció una buena imagen en el amistoso con el que cerró su estancia en Marbella, donde ha entrenado las últimas dos semanas. Los de Coudet se impusieron al Sanluqueño, equipo de Primera Federación, por un claro 3-0 en un choque en el que fácilmente podrían haber conseguido un marcador más contundente ya que disfrutaron de un puñado de oportunidades claras. Marcaron Mina y Brais en el primer tiempo y cerró el triunfo Aspas, de penalti, en la segunda mitad.

Sobre lo que no hay demasiadas dudas es que al Celta se le vieron muchas de las cosas que Coudet impuso como líneas básicas en los meses que lleva dirigiendo en Vigo. La presión alta, el ansia por recuperar la pelota, la circulación del balón, la profundidad de los laterales, los contantes movimientos de los jugadores en ataque...así se presentó en Marbella para enfrentarse al Sanluqueño y mantuvieron ese plan todo el partido aunque en los últimos minutos, con el cansancio acumulado y los cambios en el equipo, las ocasiones escasearan y necesariamente el equipo tuvo que bajar el ritmo.

Faltaron a la cita gente como Denis (que se incorporó tarde al equipo), el lesionado Tapia o el turco Okay que llegó a Marbella hace pocos días y cuyo futuro esté lejos de Vigo. Otros aún no han regresado como Araújo que sigue atendiendo compromisos con su selección. Sin futbolistas para algunas posiciones Coudet improvisó un lateral izquierdo (Kevin) y dio la titularidad en el centro de la defensa a Fontán y Aidoo que pasaron una mañana tranquila, más preocupados por iniciar la jugada que por terminar la del contrario. Luego reunió en ataque todo su talento. Y eso hizo que el partido fuese un monólogo céltico en el que se multiplicaban las oportunidades. Ofreció una buena impresión el debutante Cervi que empezó a establecer ilusionantes sociedades con sus compañeros de ataque. Abrió la cuenta Mina en un gran cabezazo tras un centro de Hugo Mallo y Brais hizo el segundo antes del descanso tras una brillante combinación del ataque. La cuenta la cerró en el segundo tiempo Aspas que anotó un penalti a media hora del final del partido. Luego llegaron los cambios y el partido se fue apagando al tiempo que lo hacían las piernas de los futbolistas. Llegaron los cambios obligados y eso dio ocasión a que reapareciera Rubén Blanco tras varios meses alejado de los terrenos de juego. El de Mos sustituyó a Dituro que se encargó de defender la portería viguesa de inicio.