Son los partidos más ridículos de los torneos de selecciones. Las llamadas finales de consolación van desapareciendo de buena parte de los grandes campeonatos, pero aún sobreviven en algunos como fuente exclusiva de inquietudes innecesarias. En la Copa América aún resiste y ayer saltaron Colombia y Perú al campo para resolver cuál de las dos finaliza el torneo en tercera posición.

A esta hora el Celta cruza los dedos por culpa de la lesión que sufrió Renato Tapia cuando no se había llegado a la media hora de juego. El pivote del Celta, que volvió a ser titular pese a ser uno de los futbolistas más utilizados por su seleccionador, se retiró en el minuto 23 en camilla después de sentir un latigazo en la parte posterior de su muslo izquierdo. El futbolista se marchó del campo entre evidentes gestos de dolor. La imagen alteró el sueño del Celta. Es verdad que después de una temporada larga y complicada que se ha visto aderezada por la Copa América,a Renato Tapia le corresponden ahora unas semanas de descanso antes de ponerse de nuevo en Mos a las órdenes de Eduardo Coudet. La intención era que estuviese en Vigo a tiempo de participar –si así lo estima el técnico– en el estreno liguerio ante el Atlético de Madrid. Pero una lesión puede complicarlo todo.

El Celta se ha puesto en contacto con el futbolista de forma inmediata. Tapia está a la espera de que se le hagan más pruebas médicas que resuelvan la importancia de la lesión, con lo que en Vigo aún deben esperar. Pero al menos las sensaciones que el futbolista ha transmitido a las personas con las que ha hablado son de cierta tranquilidad. El jugador les asegura que la lesión es muscular (lo que descarta un periodo muy largo de baja) y que no sintió desgarro en la jugada. Una señal esperanzadora aunque parece evidente que, más allá de su descanso, su presencia en el estreno liguero parece demasiado lejano.