El Oviedo está interesado en el retorno del céltico David Costas, quien ya jugó a préstamo seis meses en el conjunto asturiano en la temporada 2016-17. Según ha informado La Nueva España, el fichaje del central redondelano por el Oviedo había sido encauzado por Francesc Arnau, antiguo director deportivo carbayón, fallecido en mayo pasado. Su sucesor en la secretaría técnica, Rubén Reyes, ha retomado las conversaciones con el futbolista, cuya contratación cuenta con el visto bueno del entrenador, José Ángel Ziganda.
El club asturiano valora la buena impresión que Costas dejó en el Carlos Tartiere durante el tiempo que jugó cedido a las órdenes de Fernando Hierro y piensa en él como una buena alternativa a la baja de Carlos Hernández. El Oviedo es por ahora el equipo que ha mostrado mayor interés en hacerse con los servicios del zaguero, al que ofrece dos años de contrato, pero no es el único equipo interesado en Costas, que maneja otras propuestas.
Cualquier operación depende, sin embargo, de que el defensa llegue primero a un acuerdo para desvincularse del Celta y esta posibilidad está muy lejos de concretarse. El jugador se presentará el próximo lunes a los entrenamientos en la ciudad deportiva para ponerse a disposición de Eduardo Coudet con la idea de competir como uno más de la plantilla y espera que sea el Celta que el que mueva ficha para allanarle el camino de salida. Desde su entorno entienden que, si Costas no entra en sus planes, es el club el que debe dar el primer paso para negociar la rescisión del año de contrato que le resta.
El desenlace es incierto porque el Celta no ha modificado su postura. Costas no entra en sus planes y el jugador, que lleva un año en blanco por su negativa a salir, volverá a ser apartado en cuanto pise la ciudad deportiva. La entidad que preside Carlos Mouriño se muestra dispuesta a dar la carta de libertad al futbolistas, pero se niega a pagar al jugador parte del año de contrato que resta por cobrar para que complemente su salario en otro club.
En esto el Celta se muestra inflexible. En la Calle del Príncipe seguirán presionando para que el futbolista abandone el club con la carta de libertad, esto es, sin recibir compensación económica alguna. Y el elevado salario de Costas (unos 900.000 euros netos) complica las cosas.
Con estas premisas, parece difícil que la situación pueda desbloquearse. Las dos partes están demasiado distanciadas en sus pretensiones y no parecen dispuestas a ceder terreno en la negociación.
La situación está enquistada para perjuicio de ambos, pues el jugador, de 26 años, se enfrenta a la posibilidad de otra temporada sin jugar, con el grave perjuicio que ello puede suponer para su carrera, y el Celta se vería obligado a pagar íntegramente, sin contraprestación deportiva, una importante cantidad de dinero a un jugador con el que no cuenta.
