El Celta B se enfrenta a una profunda remodelación en la temporada en la que militará en la Primera RFEF después de la gran campaña que acabó con el equipo peleando por el ascenso a Segunda B. El Celta anunció ayer la desvinculación de una decena de futbolistas del filial que acababan contrato o cesión con el conjunto celeste y ya no van a seguir la próxima temporada a las órdenes de Onésimo Sánchez. Entre ellos hay algunos de los futbolistas más importantes de la temporada.

El club celeste informó de que el próximo curso no estarán ya los porteros Patric Sequeira y Iago Domínguez; los defensas Álvaro Ramòn (que jugó cedido esta temporada en el Navalcarnero), Riki Mangana (cedido al el pasado mes de enero Coruxo); los centrocampistas, Markel Lozano, Diego Barri, Alberto Solís y los atacantes Manu Justo, Kevin Soni, Bruninho y Zoran Josipovic.

Sequeira, por quien el Celta no ha ejecutado una opción de compra al ocupar plaza de extracomunitario, Lozano, Barri Soni y Justo se incorporaron al filial el pasado verano a préstamo procedentes del Real Unión, Amorebieta, Badajoz, Girona y Elche regresarán a sus respectivos clubes de procedencia, mientras que Solís y Josipovic concluyen contrato con la entidad celeste y el Celta no ha hecho efectiva en algún caso la opción que tenían para hacerse con los futbolistas aunque para la condición para eso era que tenían que hacerle ficha del primer equipo.

De los que llegaron cedidos el pasado curso continúan Alfon (el Celta ejecutará su opción de compra sobre el albaceteño, otro de los futbolistas más interesantes de la plantilla que entrena Onésimo), así como Jordan Holsgrove, Lucas Cunha y Brian Ferrares, a los que resta otro año de cesión. El bloque de los futbolistas de casa que jugaron en el Celta B volverán a hacerlo una temporada pasada con la intención de seguir alternando la presencia en el primer equipo con el filial. Asimismo, en los próximos días el Celta empezará a incorporar futbolistas de cara a la próxima temporada.

En la nota emitida ayer el Celta agradeció a todos ellos los servicios prestados en una temporada histórica para el filial en la que el equipo soñó con el ascenso a Segunda División. A dos partidos llegó a estar, su techo histórico, pero la derrota en Extremadura –completamente inmerecida– ante el Athletic B le dejó con la miel en los labios.