Onésimo Sánchez seguirá al frente del Celta B en su nuevo periplo en Primera RFEF. Así lo confirmó ayer el presidente del club vigués, Carlos Mouriño, en una entrevista con el programa Ao Contraataque, en la que el mandatario celeste hizo un repaso de la actualidad del club y de los planes del equipo en la próxima reapertura del mercado.

Mouriño habló también su posible sucesión en la presidencia del Celta, aunque dejó claro que su relevo no se va a producir antes del centenario del equipo en 2023. El dirigente reconoció que la persona mejor colocada para sucederlo al frente de la entidad es su hija Marian, quien ya ostenta la presidencia del Grupo Corporativo GES y a la que, “si ella quiere”, ve “preparadísima, para asumir la responsabilidad de dirigir el club.

“Contamos con Onésimo. No está firmado, y hay cosas que, en un momento dado, se pueden torcer, pero nosotros contamos con Onésimo y él está contento aquí, así que no creo que haya ningún problema”, asegura.

Algo más cauto se muestra Mouriño con la renovación de Felipe Miñambres, cuya continuidad no depende tanto de una cuestión económica, como de que el astorgano tenga ilusión por el nuevo proyecto que el club se propone construir. “No creo que haya problemas con Miñambres. Estamos haciendo reflexión los dos. Son cinco años ya con nosotros y hay algunas cosas que tienen que aclararse en lo que se refiere a ilusión. Lo pasó muy mal, con dos años fatales, y tiene que ver si tiene las fuerzas que tenía antes. Si estamos de acuerdo en lo que pedimos y él que lo que pide, firmaremos. Y no estamos hablando de dinero” , dijo.

El presidente del Celta se mostró también optimista en torno a las negociaciones para renovar a Eduardo Coudet. “Si él quiere quedarse y nosotros queremos que se quede, estamos muy cerca. Es una posibilidad real que existe y vamos a pelear por ella, pero siempre hay cosas en los contratos que hay que revisar muy bien y en esa fase estamos”, explicó Mouriño, que recalcó que el técnico sabe perfectamente a qué a atenerse a lo que el Celta puede hacer para reforzarse en el próximo mercado estival. “El Chacho sabe cuáles son nuestras cuentas y hasta dónde podemos fichar. No va a pedir un jugador de seis u ocho millones porque sabe que no podemos llegar”, subrayó.

Después de tres lustros al frente del Celta, Carlos Mouriño reconoció que su presidencia en el Celta tiene fecha de caducidad a partir del centenario del club. Y la persona mejor situada para relevarle es su hija Marian. “Me gustaría, pero son decisiones que yo no tomo. El algún momento tendré que dejarlo. El Celta pertenece a un grupo empresarial, el Grupo Corporativo GES, del cual la presidenta es mi hija. Ellos tendrán que tomar las decisiones más correctas en cuanto yo no esté”, apuntó el mandatario, que precisó: “Marian dio un paso importante, que es ser la presidenta del grupo al cual pertenece el Real Club Celta y, por tanto, su tarea, ya es más que ser solo presidente del Celta. Por supuesto que está preparadísima. Tiene un bagaje empresarial y de preparación tremendamente amplio. No es fácil ser consejera, como es ella, de dos o tres bancos y de varias sociedades. El futuro del club está garantizado, si ella quiere seguir en esto”.

El presidente celeste, finalmente, indicó que el club contempla este verano dos ventas, la ya pactada de Álvaro Vadillo al Espanyol y la de Okay, por quién el club espera pronto ofertas.