Al Celta se le ha quedado corta LaLiga. El imponente momento de forma que ha alcanzado en la recta final del campeonato, refrendado ayer con un brillante quinto triunfo consecutivo en el Camp Nou, no ha bastado al conjunto de Eduardo Coudet para mantenerse en una pelea en la que dependía de terceros. La exigua victoria del Betis frente al Huesca y la goleada del Villarreal al Sevilla cercenan toda opción de acudir a Europa, pero no restan méritos al empeño y el fútbol que los celestes han puesto en este final de temporada de récord.

Los celestes han sumado un pleno de 15 puntos en los últimos partidos en juego. igualando el registro histórico de victorias consecutivas establecido con Víctor Fernández en el curso 2001-02 en uno de esos campos en los que siempre les ocurren desgracias y doblegando a un Barcelona que necesitaba los tres puntos para no claudicar en la lucha por el título.

Los celestes, que sobrevivieron a duras penas a un monólogo del Barcelona en el primer tiempo gracias a un golazo de Santi Mina en un único remate a puerta, tuvieron la entereza de mantenerse de pie cuando el rival les apabulló y se rehicieron para disputar en el segundo tiempo la pelota al conjunto de Koeman y liquidarlo de nuevo gracias al oportunismo de Mina tras quedarse los azulgranas en inferioridad numérica por una rigurosa doble amarilla a Lenglet.

Un once de circunstancias

El Celta se sacudió el síndrome del Camp Nou (dos victorias en 63 años) con un once de circunstancias, con significativas bajas en todas sus líneas y la defensa prácticamente en cuadro. Además de activos tan importantes este curso como Jeison Murillo o Renato Tapia faltaban ayer Hugo Mallo y José Fontán, con el agravante de la lesión durante el calentamiento de Joseph Aidoo. El contratiempo sufrido por el central ghanés otorgó la tercera titularidad consecutiva al canterano Carlos Domínguez. El joven central vigués completó con muy interesantes prestaciones un duelo de la máxima exigencia contra delanteros de tanto fuste como Antoine Griezmann, Ousmane Dembele o el incomparable Leo Messi. Rápido en el corte, seguro en la marca y solidario en las ayudas, el chico ofreció toda una muestra de madurez en uno de los grandes escenarios de LaLiga. Pocos se atreverán ahora a alzar la voz contra la decisión de Coudet de restar activos al filial. El primer equipo necesitaba un plan B para su defensa y lo ocurrido demuestra que el Chacho no actuó por capricho.

Excelsa versión de Mina

Eduardo Coudet ha logrado liberar al Celta de la dependencia de Iago Aspas. El astro moañés sigue siendo el futbolista de referencia, pero el preparador argentino ha logrado en estos últimos partidos repartir el protagonismo del juego y el gol entre todos los integrantes del frente ofensivo. El éxito del equipo tiene mucho que ver también con el buen momento de Nolito, la transformación de Denis Suárez o el talento de Brais, pero sobre todo con el excepcional estado de gracia que con que Santi Mina ha llegado a la recta final de la temporada.

A golpe de dobletes, el artillero vigués ha llevado en volandas al triunfo al Celta en campos tan complicados como La Cerámica o el Camp Nou, ayer tras sorprender a Ter Stegen con un latigazo invisible en un balón servido por Iago Aspas a la corona del área azulgrana en el único remate a portería del Celta en el primer tiempo y liquidar casi con el tiempo cumplido al Barça remachando contra el fondo de las mallas el rechace de un remate estrellado en el poste por Solari.

Con su doblete al Barça, Santi Mina iguala los 12 goles conseguidos en la temporada 2017-18 con el Valencia, un récord que puede superar el próximo domingo contra el Betis en Balaídos en un partido en el que el Celta no se juega ya más que la satisfacción de ganar ante su público. Tiro que ensaya, gol que caza el vigués, que está a solo un tanto de igualar este curso a Iago Aspas.

El papel de los secundarios

Las limitaciones de una plantilla corta que las lesiones han menguado en estos últimos partidos a la mínima expresión –Coudet contaba ayer apenas con 13 futbolistas del primer equipo para formar la convocatoria–, no han impedido al Celta rendir a gran nivel en estos últimos partidos. Ello se explica por el gran rendimiento que está ofreciendo el frente ofensivo, pero también por las solventes prestaciones que están proporcionando algunos de sus actores secundarios. Dos hombres han brillado especialmente: Fran Beltrán y Augusto Solari.

El madrileño ha cumplido sobradamente en la misión de sujetar desde atrás al equipo en ausencia de Renato Tapia demostrando que tiene sitio y futuro en este Celta; el argentino es uno de esos jugadores que todo técnico querría tener en su equipo: entiende el juego, intuye las necesidades que requiere el partido, colabora en el juego sin pelota y tiene siempre buenas ideas cuando gana el área, ya para aprovechar el guante que tiene en la diestra para servir una asistencia, bien para buscar directamente la portería, como en el envenenado remate al poste que permitió luego a Mina ganar un partido que en el primer tiempo parecía perdido.