El gol no es casual en Brais Méndez. Lo distingue como un centrocampista especial y es a la vez un termómetro fiable de su estado. Ayer anotó su séptimo gol esta temporada. No había marcado ninguno la pasada. Bate los seis que suponían su mejor registro en la 18-19. Aunque siga partiendo desde la banda derecha, Coudet le ha concedido la libertad de maniobra que necesita para infiltrarse en la defensa contraria. “Desde que llegó el Chacho ha confiado en mí. Me ha dado esa confianza que quizás necesitaba. He ido creciendo poco a poco, con cabeza”, constata.

Su maravilloso toque rompió el partido y concede opciones al Celta de pelear por la séptima plaza. “Mientras nos den las posibilidades, por qué no soñar”, se pregunta el mosense. “Estamos peleando, estamos corriendo, estamos soñando y Dios dirá. Vamos a intentarlo hasta que haya posibilidades. El equipo no ha caído en la relajación a pesar de conseguir los 40 puntos, que suele ser el límite. El míster nos aprieta para que sigamos mirando hacia arriba. Eso vamos a hacer”.