El Celta B arranca la segunda vuelta de la fase decisiva del campeonato con la mirada puesta en el partido de esta mañana en los Anexos de Zorrilla y en la posibilidad de liarla con una victoria. Exceptuando al Burgos, que aventaja en ocho puntos al segundo cuando quedan doce en juego, la igualdad es máxima en el grupo. La diferencia entre el segundo y el sexto clasificado es de tan solo tres puntos, por lo que cada partido es una final. Eso lo saben los jugadores entrenados por Onésimo Sánchez, que además, quieren resarcirse del 1-3 que encajaron en la primera vuelta en el Estadio de Balaídos.

Si los célticos lograran la victoria en los Anexos, superarían a los pucelanos en la clasificación y, como mínimo, se meterían en uno de los puestos que clasifica para la fase de ascenso a Segunda División. Ese aspecto lo tienen muy claro los jugadores, que a lo largo de los entrenamientos de la semana mostraron una implicación máxima para sacar el encuentro adelante.

Onésimo no contará con los lesionados Alfon y Josipovic, amén del guardameta Sequeira, que fue convocado por el primer equipo para el partido que juega en Balaídos ante el Osasuna. El resto de jugadores disponibles viajaron a pucela, incluso Lucas Cunha tras cumplir su partido de sanción.

En lo que se refiere al conjunto pucelano, Jesús Baraja mantendrá hasta el último momento la duda de Sergio González, que fue convocado por el primer equipo, pero al jugar este en casa podría incluirse finalmente en la convocatoria. Para el filial, el partido ante el Celta B también es muy importante, ya que de no sacarlo adelante incluso podría caer de los puestos de clasificación para el play off.

El equipo jugará su segundo partido en casa, y en el único encuentro disputado sufrió muchísimo para llevarse la victoria ante un Zamora, que encajó el tanto de la derrota en el tiempo añadido.

Esa mala racha la prolongaron la semana pasada en su visita a Salamanca, en donde el Unionistas le hizo un 3-1. Una situación complicada que deben aprovechar los vigueses para intentar marcar pronto y meterle presión a un equipo que acumularía tres derrotas de forma consecutiva.