–¿Qué ha sido de usted en estos años? ¿Sigue vinculado al mundo del fútbol?
–Pues estoy en Pamplona, mi ciudad, y actualmente soy director deportivo de la Federación Navarra de Fútbol. Cuando dejé de jugar ingresé en categorías inferiores de Osasuna y a la vez que entrenaba al Juvenil de División de Honor, estuve durante tres años de ayudante de Javier Aguirre. Luego cogí el filial y estuve algunos años en Segunda B. Una vez que acabé en Osasuna fui al Peña Sport un equipo de Segunda B navarro, donde conocí al presidente de la Federación Navarra. Me ofreció el puesto de director deportivo y no me lo pensé mucho. Y aquí sigo. Llevo ya cinco años.
–Es decir que tras el fútbol profesional ha vuelto al fútbol formativo, que es distinto, pero supongo que no menos gratificante.
–Es un concepto totalmente diferente y más en un club profesional como Osasuna, donde la exigencia el máxima y hay un trabajo de selección muy fuerte en el que los chavales tienen que ponerse las pilas desde el primer momento. Cuando ingresé en Osasuna fue como entrenador de División de Honor, que ya es casi futbolista profesional, y ya les trataba con una idea de formación para que estuviesen preparados para subir al primer equipo. Mi vida futbolística como jugador y como entrenador no ha sido tan diferente, aunque evidentemente hay muchas cosas más que trabajar.
–¿Cómo profesional del fútbol más que como padre, cuál ha sido el consejo más importante que le ha dado a su hijo Mikel [jugador internacional de la Real Sociedad]?
–Por suerte o por desgracia he estado en todas las categorías del fútbol, he mamado el fútbol modesto y sé el esfuerzo que cuesta llegar a un objetivo. Y eso me ha valido de experiencia cuando he tenido que hablar con Mikel porque ser futbolista no es solo darle al balón, también hay que tener unos principios de compañerismo, de cultura del esfuerzo, de humildad. Es muy importante tener claro que, aunque llegues, te falta mucho por aprender. Eso es lo que le he intentado inculcar a mi hijo y la verdad es que él tiene mucha calidad, pero también se lo ha trabajado. La humildad es imprescindible para progresar. En el momento en que creas que lo sabes todo, dejas de mejorar.
–¿Mantiene algún contacto con el Celta?
–Pues no con el club, pero sí con gente con la que coincidí allí, con Atilano, con Vlado, con Ratkovic, con Bajcetic. Cuando voy por allá hablamos de los viejos tiempos, pero cada vez queda menos gente de aquella época. La verdad es que estoy muy contento y muy orgulloso de haber pertenecido a ese club. Pasé tres años extraordinarios, a pesar de momentos de mucha dificultad como la crisis de los avales o la temporada que nos salvamos en el último partido de Liga con una goleada al Madrid.
–Le tocó vivir la difícil transición del Celta modesto que alcanzó la final de Copa del 94 al Euro Celta.
–Sí, a pesar de todo fueron años duros para mantener la categoría, la sensación que tengo ahora es que he contribuido a que aquel equipo se mantuviera en Primera División y, en cierto modo, el haber aportado mi granito de arena para el gran Celta que maravilló con su fútbol en Europa con gente como Mazinho, Mostovoi, Revivo o Penev. A cada jugador le toca vivir unos momentos y yo estoy muy orgulloso de mi tiempo en el Celta. Es un gran club. Tiene una afición extraordinaria y yo y mi familia pasamos allí tres años muy felices.
–¿Cómo ve al actual Celta de Eduardo Coudet?
Pues lo veo muy bien. Desde que ha llegado el nuevo entrenador han mejorado mucho en la faceta defensiva, que era su punto más frágil. A pesar de que el 3-4 del otro día contra el Sevilla fue un poco exagerado, han mejorado mucho en este aspecto y han recuperado a jugadores muy importantes que estaban por debajo de su nivel, como Denis Suárez o Brais Méndez. Está ya casi libre de riesgo y, a partir de ahora, solo puede mirar hacia arriba para sacar el mayor número de puntos posible en los partidos que quedan.
–¿No le falta quizá algo de fondo de armario para aspirar a algo más que la salvación?
–Sí, en mi opinión necesitaría una segunda línea de futbolistas que pueda dar descanso a los que están jugando más y puedan mantener el nivel. Pero tal como empezó la cosa, este año han conseguido mucho. Han conseguido estabilizarse y si el próximo año se hacen unas buenas incorporaciones sin dejar de mirar a la cantera pueden hacer un equipo muy bueno.
–Osasuna, con otro estilo y un técnico que sabe muy bien lo que quiere, está haciendo una temporada notable. ¿Qué partido espera este domingo?
–Va a ser un partido muy duro en el sentido de que el Celta juega muy bien, pero se va a encontrar a un Osasuna que si ya de por sí es un equipo rocoso, que trabaja los noventa minutos, que no hace unos partidos exquisitos a nivel técnico, pero que está trabajando durante todo el partido y no deja ni un solo minuto de apretar. Es un equipo que no deja respirar a ningún rival y el Celta va a tener que jugar muy bien para conseguir ser mejor. Osasuna es un equipo muy sólido, con este entrenador ha conseguido un estilo de juego que va muy bien con la idea que se tiene aquí en Pamplona basada en el esfuerzo y en el trabajo colectivo.
–De un modo distinto, el Chacho también ha sabido inculcar a los jugadores del Celta esa cultura del esfuerzo.
–Sí, lo que pasa es que el Celta tiene jugadores con un punto de calidad por encima de Osasuna. Es verdad que ha mejorado mucho en la recuperación del balón en campo contrario, cuando pierden el balón están cerca de la zona de presión y eso lo ha conseguido Coudet cambiando la mentalidad del Celta. Pero aun así, Osasuna no se presta a que el Celta le vaya a robar fácil esos balones. No se va a recrear en la salida de balón como otros equipos si ve riesgo de esas pérdidas, sino que va a jugar en largo, con lo cual la presión tras pérdida igual no es tan efectiva. Osasuna tiene unos conceptos muy claros y es un equipo muy correoso, que siempre te complica la vida.
–¿El factor diferencial puede ser que Aspas tenga un día inspirado?
– El Celta tiene otros buenos jugadores, pero evidentemente él es el factor diferencial. Interviene prácticamente en todas las jugadas de ataque del Celta en las que se genera peligro, ya sea dando asistencia, rematando bajando a posiciones intermedias para llevar el balón más arriba. Es el jugador que marca la diferencia en el Celta porque aunque todo el mundo lo conoce nunca deja de sorprender. Por eso consigue todos los años unos números tan espectaculares. Osasuna va a tener mucho trabajo para sujetarlo.
–¿Le sorprende que Luis Enrique no lo llame para la selección?
–La labor del seleccionador no es fácil. Tiene una idea de juego muy específica y hay jugadores que igual no le encajan. Marcos Llorente, por ejemplo, está jugando en su club en una posición de ataque y e la selección Luis Enrique lo utiliza de lateral derecho.
–Eso es justamente hacía Fernando Castro Santos con usted.
– [Risas] Sí bueno, pero era porque estaban Mazinho, Eusebio, Mostovoi, Chema del Solar, Dutuel, el otro y el de la moto. Y yo, pues con tal de jugar, donde sea. No me quejo del míster. Yo tenía ya 30 años había jugado en varias posiciones y me adapte al lateral derecho porque ya era un jugador que tácticamente me sabía colocar. Salvo de portero, creo que he jugado en todas las posiciones.
–Para terminar no me resisto a dejar de preguntarle su opinión sobre este invento de la Superliga que ha durado apenas 48 horas.
–Igual decirlo ahora es un poco ventajista, pero desde el primer momento me ha parecido un proyecto egoísta y totalmente discriminatorio. Un proyecto que solo piensa en el dinero, en que los clubes grandes sean aún más ricos a costa de un negocio que no lo crearon solo ellos. Parece que ellos han creado el fútbol, se creen sus dueños y quieren sacar toda la tajada cuando lo que tendrían que hacer es gestionar mejor el patrimonio que tienen. Si están, como dice Florentino, arruinados es porque no han hecho una buena gestión de sus recursos, que son muy superiores a los de todos los demás.