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Unidos por el grito de “Nunca Máis”

Los jugadores del Celta, con Coudet, y el Alavés, con Abelardo, portan la pancarta el día que Balaídos clamó “Nunca Máis”. | // CAMESELLE

Eduardo Coudet, un novato en la Liga como entrenador, tendrá la oportunidad de saludar el domingo en Mendizorroza a un viejo conocido, Abelardo Fernández, al que se enfrentó hace casi dos décadas en un partido en Balaídos. El argentino vivía entonces sus últimos días como jugador céltico. El asturiano agotaba con el equipo vitoriano una larga trayectoria como central, tras su paso por el Barcelona y el Sporting de Gijón. Ahora como entrenadores, vuelven a coincidir en un campo de fútbol defendiendo el mismo escudo que entonces.

Quizás no tengan ocasión de recordar aquel primer encuentro en Balaídos, un partido muy especial por las reivindicaciones que ambos clubes y aficionados mostraron en contra de los responsables políticos de la catástrofe del ‘Prestige’, cuyo hundimiento comenzaba a extender una marea negra por todo el litoral. De hecho, los jugadores del Celta y el Alavés saltaron al césped de Balaídos portando una pancarta alusiva a la catástrofe ecológica. Además, antes del partido se leyó un manifiesto (“Todos co Mar”), evitando referencias a los responsables de la mayor catástrofe ecológica en España. En las gradas, sin embargo, proliferaron las pancartas en contra de los políticos del chapapote y la nefasta gestión de la crisis medioambiental. Esta especial e inolvidable cita de célticos y de albiazules en Vigo tuvo lugar el 8 de diciembre de 2002 y el partido correspondía a la décimo tercera jornada de la Liga, que acabó con victoria local por la mínima (2-1).

Coudet, en los prolegómenos de aquel partido. Cameselle

Además de estos hechos extradeportivos, el partido fue especial para Coudet porque fue una de las cuatro ocasiones en las que Lotina lo incluyó en el once titular y en la que más minutos acumuló con la celeste. El volante argentino jugó 79 minutos, hasta que el entrenador vasco decidió sustituirlo por Jesuli.

Abelardo, en la recta final de su carrera deportiva, pasó muchos apuros para intentar frenar a Catanha. El delantero hispano-brasileño no marcó en aquella cita, pero generó constante peligro ante la portería de Dutruel, uno de los excélticos en el cuadro vitoriano.

El Celta resolvió aquel compromiso, en el que Balaídos entonó el “Nunca Máis”, con un autogol de Karmona y un penalti transformado por Luccin antes del descanso. Los babazorros acortaron distancias en la segunda mitad con otro tanto desde los once metros ejecutado por Ilie.

Pocos días después, Coudet decidía poner fin a su cesión en Vigo y regresar a River Plate, después de participar en nueve partidos de la Liga española, en la que solo en cuatro fue titular y superó los 45 minutos de juego.

Ese día, Lotina formó un once con seis argentinos (Cavallero, Berizzo, Méndez, Cáceres, Coudet y Gustavo López). Además, el Celta jugó durante algunos minutos sin ningún futbolista nacido en España, desde que se marchó José Ignacio y entró Jesuli por un Coudet que el domingo podrá recordar con Abelardo Fernández aquel partido del “Nunca Máis”.

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