El Celta y el Concello mantienen su estéril pulso con respecto a la reforma del estadio de Balaídos. Ninguno da su brazo a torcer y ha llevado la batalla a extremos ridículos. El último episodio del conflicto ha surgido a cuenta de las butacas de la grada de Marcador, cuya remodelación ha comenzado esta semana con el desmotaje de las butacas y la torre de iluminación. .

A petición de un aficionado, el alcalde, Abel Caballero, ofreció regalar las butacas de la grada a los hinchas que así lo solicitasen y habilitó el número 010 para atender las peticiones.

El Celta, según informó Radio Vigo, ha reaccionado con malestar y sorpresa, pues los asientos fueron costeados por el club y en la calle del Príncipe dicen no comprender cómo el alcalde puede regalar algo que no le pertenece.

Mientras el pulso continúa en todos los frentes, el Concello prosigue con los trabajos de remodelación de Marcador, que prevén la demolición de la grada el próximo verano. El coste de la reforma ha sido cifrado en 15 millones, que aportan a partes iguales el Consistorio y la Diputación Provincial