Es complicado reunir en un partido una carga de morbo como la que rodea la visita del Deportivo a Barreiro. El sueño casi húmedo de muchos aficionados del Celta; una pesadilla para los coruñeses. El conjunto blanquiazul, en medio de la crisis deportiva más grave de su historia, rinde visita al filial de su máximo rival sabiendo que cualquier resultado que no sea la victoria le garantiza otra temporada más al menos lejos del fútbol profesional. Todo lo contrario sucede para el Celta B que en caso de ganar tendrá en el bolsillo una de las tres primeras plazas del grupo que suponen la clasificación para la nueva Segunda B Pro (Primera Federación) y un billete para seguir la carrera en busca de la Segunda A.
Y por si fueran poco los alicientes deportivos otro elemento llega para añadirse a la cita: el público. Después de un par de meses en los que los aficionados tuvieron vedado el acceso a las gradas, hoy regresan los espectadores a Barreiro. Trescientos privilegiados tendrán la ocasión de asistir a un partido por el que suspiraban la mayoría de seguidores. En caso de que este partido se hubiese disputado lejos de la situación social que se vive a causa de la pandemia, incluso Balaídos podría haber estado cerca del lleno en un compromiso como éste. Es todo un acontecimiento ver al Deportivo en el modesto campo de Lavadores pasando por el duro trago de visitar al filial de su máximo rival y eso enciende el interés de los aficionados.
Por si fuera poco, el Deportivo llega a la cita en una situación límite. Salvó hace una semana ante el Pontevedra la primera bola de partido de la temporada. Ahora debe ganar los seis puntos que restan para finalizar la primera fase (la visita a Barreiro y el duelo en Riazor ante el Zamora) y sentarse a esperar por otros resultados. Solo así podrá aspirar a finalizar entre los tres primeros que al menos le asegure estar en la Segunda B Pro y soñar con una segunda fase brillante que le acerque al regreso a Segunda. Cualquier otro resultado sería trágico para ellos porque le condenaría a un segundo tramo de la temporada en la que el objetivo sería no caer a la cuarta categoría del fútbol español, la que se conocerá como Segunda Federación. Buena parte de ese futuro se lo juega hoy en Barreiro ante el conjunto de Onésimo. Lo hace con la herida aún sangrando por la derrota en Riazor ante el Celta B, un partido que dejó tocado al equipo y dejó sentenciado a Fernando Vázquez, que acabaría perdiendo el cargo en el banquillo unas semanas después aunque la decisión se tomó después de perder ante los vigueses.
Para relativa tranquilidad del Deportivo el héroe de Riazor, Alfon, se pierde el choque por una lesión muscular que le tendrá varias semanas lejos de los terrenos de juego. Ese es uno de los principales problemas para Onésimo, que aunque tiene una plantilla muy amplia, se queda para esta cita sin varios futbolistas importantes. Por un lado el portero Patrick Sequeira (que tiene que acudir en ayuda del primer equipo por la lesión de Rubén) y luego por los sancionados Ferrarés, Josipovic y Soni. Buena parte de las ausencias se acumulan en la zona de ataque. Para paliar estos pequeños problemas y como prueba de la importancia que en el club se le da al partido, el Celta ha tomado la decisión de que el escocés Holsgrove, que llevaba un par de meses en dinámica del primer equipo, refuerce al filial en este encuentro. Es cierto que precisamente en esa posición Onésimo cuenta con buenos futbolistas, pero la dirección deportiva entiende Holsgrove puede ser esencial en un choque de la exigencia del de hoy.
Para el Celta B la oportunidad, más allá de los contratiempos que pueda tener por las bajas, es grandiosa. Después de un pequeño bache que le llevó a perder dos partidos de forma consecutiva (ante el Salamanca y el Racing de Ferrol) la victoria en Santiago ante el Compos le deja en el tercer puesto con solo dos jornadas por disputar (el choque ante el Deportivo y la visita en la última jornada al Coruxo). Seis puntos evitan cualquier duda, cuatro casi se lo aseguran y a partir de ahí los números irán en función de lo que sean capaces de hacer sus perseguidores (Compostela, Racing de Ferrol y Deportivo). Por si fuera poco el hecho de que el Racing de Ferrol no haya podido jugar la pasada semana y tampoco ésta debido a los casos de Covid añaden otra polémica al fin de temporada. Es posible que la última jornada se dispute después de que los ferrolanos se pongan al día y eso supone tal vez tener que esperar un par de semanas por la última jornada. Más tensión añadida a una campaña apasionante y donde dominar las emociones parece imprescindible. Cuanto antes pueda asegurar el tercer puesto, mejor. Y eso pasa por ganar hoy al Deportivo en uno de esos partidos que pase lo que pase quedarán para siempre en la memoria de los aficionados del Celta.
