El Celta B se complica su presencia entre los tres primeros de su grupo de Segunda B. Tres goles de Miku le dieron el triunfo al Deportivo en el derbi de Barreiro y permiten a los coruñeses llegar a esa última jornada con opciones de salvar la temporada tras un partido en el que todo le salió bien. Golpearon en sus escasas ocasiones e incluso las decisiones arbitrales en momentos claves cayeron de su lado.

Al Deportivo le salió perfecto el plan ante un Celta B que no se sintió cómodo en ningún momento por la presión de los coruñeses. Los de Rubén de la Barrera vivieron del error de los vigueses en la salida de la pelota. Incapaces de encontrar a Holsgrove, repescado esta semana debido a las importantes bajas del filial, al Celta B le costó llegar al área del Deportivo aunque lo hizo con peligro. Casi siempre gracias a las llegadas de Sergio Carreira que puso un par de balones de gol a Manu Justo que no acertó en el remate final.

Todo lo contrario sucedió con el Deportivo que encontró el gol en un error del Celta B a los veinte minutos. Una pérdida de Bruninho permitió atacar la banda izquierda (el punto débil de los vigueses en la primera parte). Keko puso un gran centro que Miku cabeceó a placer.

El gol solo sirvió para consolidar la propuesta de un Depor que se dedicó a cerrar vías de escape al Celta B y tratar de aprovechar sus errores en la salida. Puso empatar el equipo de Onésimo en un remate al palo de Solís, pero ya quedó claro que el partido no iba a ser sencillo para los vigueses. Todo parecía en paz hasta que en el descuento del primer tiempo el árbitro castigó con penalti una caída de Keko tras un ligero empujón de Cunha. Muy riguroso, pero Miku anotó el segundo y puso el partido muy inclinado para los coruñeses.

Onésimo renovó la banda izquierda, el quebradero de cabeza de la mañana, en el segundo tiempo con Losada y Pampín. Poco después entró Gabri Veiga, pero las cosas no mejoraron para el Celta B que en el minuto 63 encajó el tercer gol obra otra vez de Miku que enganchó un remate muy duro ante el que nada pudo hacer Alvaro. Ese tanto dejó el partido en nada porque los esfuerzos del Celta B por tratar de reducir la desventaja resultaron inútiles. No se les puede discutir su empeño porque no dejaron de intentarlo, pero el día había empezado torcido. Ahora se jugarán estar entre los tres primeros en la última jornada en su visita al Coruxo.

Recibimiento

El Celta B se enfrentaba en Barreiro a su máximo rival (0-3), otrora pareja de baile del primer equipo y en la categoría de oro del fútbol español. La afición, consciente del morbo de la cita, acudió a los aledaños del campo del conjunto celeste a aupar a los suyos con una marea de bengaleo y cánticos.

Ambiente prepartido en las inmediaciones de Barreiro.

Ambiente prepartido en las inmediaciones de Barreiro. FDV

Tampoco faltó la presencia de un grupo de mariachis con los que los seguidores celestes habían amenazado días antes en redes sociales, que siguieron a un conjunto de bromas y escarnios en un duelo que equiparó al equipo filial vigués con el primer conjunto coruñés en la actual tercera división del panorama nacional, la segunda división B. Más si cabe con el resultado de la ida en el pensamiento: 1-2 en Riazor.

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Después de varias semanas sin público, la cita de hoy tuvo el aliciente extra de la presencia del aliento local, que contará con unas 300 garganta. Los pupilos celestes marchan terceros con 27 y los brigantinos, sextos, con 23, a falta tan solo de dos partidos tras la finalización del de este domingo.