El Alcoraz fue escenario ayer de un gran espectáculo de fútbol. Huesca y Celta protagonizaron un duelo abierto, con alternativas en el marcador y muchos goles: hasta siete. Los tres puntos sumados por los célticos le permiten afrontar con gran tranquilidad las visitas consecutivas a Balaídos de Athletic Club y de Real Madrid y lo que resta de temporada. A falta de doce jornadas, el equipo que dirige Eduardo Coudet se sitúa entre los diez primeros, con 33 puntos, a once del descenso. Algo impensable en los dos últimos cursos.

Huesca y Celta se olvidaron de los planes tácticos de Pacheta y de Coudet. Desde el primer minuto, el balón se movió de un área a otra de El Alcoraz, con ocasiones de gol que pudieron engordar mucho más uno de los marcadores más abultados de lo que va de curso en Primera División. De hecho, los palos rechazaron un remate de los azulgrana y dos de los célticos, que ayer generaron más juego ofensivo que durante las dos citas anteriores ante el Valencia y el Valladolid.

Acertó el Celta en apostar por un duelo abierto, sin especulaciones tácticas, de intercambio de golpes, teniendo en cuenta su fragilidad defensiva y la ausencia por sanción de Tapia, la pieza que da equilibrio y seguridad defensiva.

Coudet se decantó por Beltrán para sustituir al peruano y reservó en el banquillo a un Araújo que llegaba muy justo al duelo después de su recuperación exprés de una lesión muscular. Más agujeros que sumar a la retaguardia. Así, el Celta necesitaba un partido de ida y vuelta para intentar ganar a domicilio al colista y seguir ampliando las diferencias con los equipos que también pelean por la permanencia.

Cinco minutos de esfuerzo en la presión fueron suficientes para abrir el marcador. Aspas convirtió en un ataque letal un balón que le llegó en mitad de campo y que tocó en diagonal para Nolito. El gaditano asistió a un Mina que aparecía en carrera para cruzar el balón y superar a Álvaro Fernández.

Los célticos sufrían para conservar la ventaja. Rafa Mir apareció entonces en escena para realizar tres remates: el balón se marchó fuera en dos y en el tercero despejó Mallo. Pero casi al cuarto de hora, el equipo oscense aprovechó su dominio en el juego aéreo para igualar el marcador. El central Siovas remataba de cabeza un centro desde la derecha. Dos minutos más tarde, los locales daban la vuelta al resultado: Mir recibía en su campo un pase de Mikel Rico. El corpulento delantero le ganaba una larga carrera a Murillo para descerrajar un disparo cruzado hacia la escuadra de la portería de Rubén Blanco.

En apenas un cuarto de hora, El Alcoraz había acogido un espectáculo inigualable de remates a portería, que dieron paso a unos minutos de tregua, rota de nuevo cuando el partido se acercaba al ecuador. Entonces, Nolito aprovechó un rechace del portero del equipo local, a tiro de Brais Méndez, para anotar el segundo tanto del Celta. Antes del descanso, Rafa Mir estrelló el balón contra la red lateral de la portería de un Rubén Blanco que se lesionó en la rodilla tras un empujón de Insua. El guardameta del Celta se lastimó un ligamento y tuvo que ser sustituido por Iván Villar, que ya afrontó los nueve minutos de prolongación.

En el segundo tiempo, como en el inicio, el Celta salió con ganas de cobrar ventaja de nuevo. El tercer gol céltico, como el segundo, llegó precedido de un remate de Brais Méndez. En esta ocasión, el portero azulgrana despejó a córner. Denis Suárez centró desde la esquina para que Mallo rematase de cabeza y superase a Álvaro Fernández de lanzamiento cruzado.

Sin apenas faltas ni interrupciones en el juego, el Huesca se empleó a fondo en busca de una nueva igualada en el marcador. Mikel Rico no acertó con la portería rival en el minuto 57, mientras que Escriche se encontró con el poste en otro disparo desde la frontal. Los locales habían empotrado al Celta contra su área con centros y juego directo. El gol podía volver en cualquier momento. Iván Villar se lució en otra intervención antes de que Coudet moviese el banquillo en busca de soluciones para conservar el 2-3 en el marcador.

En el minuto 73, el técnico argentino dio entrada a Araújo por Brais Méndez. Quería ganar un peón más en la zaga para dominar el juego aéreo. El equipo de Pacheta tardó un minuto en desmontar el plan de Coudet. El gallego David Ferreiro se encontró en el punto de penalti sin vigilancia para rematar un centro de Javi Galán desde la izquierda.

Después de seis goles (como en la anterior visita del Celta a El Alcoraz), el partido volvía a las tablas iniciales, mientras los dos contendientes continuaban entregados a generar jugadas de ataque, sin apenas elaboración en el centro del campo y escasas faltas. Huesca y Celta parecían decididos a batir todos los registros de goles del campeonato.

A los locales les duró poco la alegría del segundo empate. Avisó primero Mina y después llegó la acción en la que Aspas apareció en el costado derecho y esperó la incorporación de Fran Beltrán. El toledano golpeó desde fuera del área grande con el interior en busca del palo largo.

El Celta cobraba ventaja por segunda vez y Coudet movía las fichas. Solari y Ferreyra entraban por Nolito y Mina. El primero estrellaba el balón en la madera en el minuto 80, antes de que Doumbia rozase el gol para los locales. Mallo respondía con un balón al larguero. Ontiveros, de falta, hizo que se luciese Iván Villar. Y Pulido tuvo la última del Huesca, que no pudo impedir el triunfo de la tranquilidad del Celta tras un espectáculo de goles.