El Celta B está a un paso de su objetivo. Podría sellarlo oficialmente la próxima semana en función de los resultados que se produzcan. Pero esta tarde en el Vero Boquete dieron un paso de gigante tras ganar a un rival directo como el Compostela por 1-2 tras noventa minutos electrizantes en los que decidieron los dos fogonazos con los que Manu Justo inclinó el duelo.

Porque el Compostela no fue peor que los vigueses e incluso en muchos momentos pasó por encima del conjunto de Onésimo. Pero lo mejor que tuvieron los vigueses fue que acertaron en cuanto asomaron en el área del Pato Guillén. Fue Manu Justo en los minutos seis y ocho. El primer tras un gran y sorprendente disparo desde la frontal del área y el segundo con un cabezazo inapelable después de que Carreira hiciese una gran jugada por el costado derecho. Un castigo brutal en apenas diez minutos que el Compos sin embargo supo digerir.

Porque los de Yago Iglesias, un equipo que juega de maravilla al fútbol y que tiene serias opciones de estar en la Segunda B Pro el próximo año, pusieron cerca a un Celta B que se sintió en muchos momentos desbordado. En esos momentos la mejor noticia del partido fue Sequeira que con sus intervenciones sujetó a los santiagueses que reducirían la diferencia por medio de Miki Villar justo antes del descanso.

En el segundo tiempo al Celta B le tocó sufrir. El Compos puso cerco a su portería, le cogió la espalda a la defensa con facilidad y generó situaciones de peligro a las que casi siempre respondió de forma excelente Sequeira. Solo la lluvia de cambios dieron al equipo de Onésimo algo más de estabilidad y frenaron el ímpetu de los santiagueses. Con piernas frescas en el campo el Celta B se libró el agobio y estuvo a punto de liquidar el choque con una jugada que falló Gabri Veiga. En el descuento la madera impidió el empate del Compos. La victoria acerca al filial céltico a la Segunda División B Pro (Primera Federación en el argot) y a la carrera por el ascenso a Segunda División B