El entrenador del Real Valladolid, Sergio González, advirtió ayer que el Celta de Vigo, es “un buen equipo” pero que con Iago Aspas “se convierte en grandioso” porque es “un jugador determinante: da asistencias, desborde y goles”.

El cuadro gallego “tiene laterales ofensivos, fútbol por dentro, son verticales y, además, Iago Aspas les da esa calidad y esa pausa que hace mejores al resto”, añadió.

El objetivo del Real Valladolid, de cara a este importante choque, es “seguir dando pasos hacia delante, dejar poca distancia entre líneas, tapar los pases por dentro y quitar la acción de peligro desde esa posición, tratando de hacer daño en sus debilidades, con personalidad y energía suficientes”.

Para esta cita, Sergio González no podrá contar con Pablo Hervías, Marcos André, Raúl Carnero y Kiko Olivas, ni tampoco con Waldo, que cuenta con permiso del club por cuestiones personales, pero recupera a El Yamiq “no para salir de inicio pero sí para jugar veinte o treinta minutos si fuera necesario”, explicó.

Asimismo, también recupera a Lucas Olaza, tras cumplir el ciclo de sanciones, y aclaró que en principio habrá una continuidad respecto a los últimos partidos, “intentando matizar lo que se ha hecho bien y corregir lo que no se ha hecho tan bien, porque además no hay elementos para llevar a cabo una revolución”.

“Hay que intentar generar con balón más ocasiones porque más claras sería difícil”, apuntó el técnico, quien podría volver a apostar por Kike Pérez como media punta, ya que “da piernas, trabajo, es fuerte y genera superioridad en el inicio del juego”.

Pero también existe la opción de regresar al 4-4-2 habitual, con dos delanteros, y para ello verá las funciones de jugadores del Celta como Tapia o Denis para matizar el once titular, ya que considera clave “poder pillarles en sus transiciones, y saber lo que necesitamos cuando tenemos la pelota, sobre todo, tras robo”, matizó.