La marcha de Lucas Olaza y la inminente llegada de Franco Cervi provocará un corrimiento de tierras en el costado izquierdo del Celta que va a afectar tanto a la zona defensiva como al frente de ataque. El hueco que deja el uruguayo en la retaguardia será ocupado por Aarón Martín, fichado en este mercado para evitar tener que hacer frente a la cláusula de compra obligatoria pactada con Boca. David Juncà (en el tramo final de recuperación de su enésima lesión) y el canterano José Fontán se perfilan como recambios del catalán, que ya dispuso de sus primeros minutos frente al Betis cuando Olaza causó baja por haber estado en contacto con un positivo en coronavirus. Una solución natural para suplir a uno de los jugadores más rentables en las últimas temporadas y todo un reto para Martín, que ha llegado cedido por el Mainz (con una opción de compra de 7 millones que el Celta podría renegociar en posición de ventaja si el equipo alemán desciende) y necesita convencer a Coudet para seguir el próximo curso en nómina. El propio Cervi podría ser una alternativa para el lateral izquierdo (el pasado martes Arthur Jorge lo utilizó en esta posición contra el Madeira) en caso de necesidad.

Pero el objetivo de la llegada del argentino es incrementar los recursos y la competencia en el flanco izquierdo del frente ofensivo. Cervi posee cualidades diferentes a las de Nolito, que verá por primera vez esta temporada amenazada su titularidad, pero no es incompatible con el sanluqueño y puede servirle de complemento, si éste se desplaza a la punta de ataque con Iago Aspas. De este modo, Cervi no solo incrementa la competencia en el grupo, algo que Coudet considera esencial, sino que proporcionará al técnico más recursos y variantes, tanto en el inicio como durante los partidos.

El principal damnificado con la llegada del argentino será, sobre el papel, Miguel Baeza, quien habitualmente estaba entrando desde el banquillo para suplir a Nolito y que verá reducidos probablemente sus minutos de juego.