El filial céltico no pudo prolongar su buen momento y encadenar su tercer triunfo consecutivo al caer con claridad ante el Compostela. Y no pudo porque se encontró con un rival mucho más intenso y mejor colocado, que maniató por completo a los vigueses y gozó de ocasiones para haber logrado incluso una victoria más abultada.

De inicio, Onésimo apostaba por dar continuidad a su once con Iago en la portería, a pesar de que Sequeira ya entraba en la lista y con Josipovic como referencia ofensiva al lado de Manu Justo. Pero la mayoría de las miradas se fijaron en un banquillo de lujo, en el que tuvieron plaza cuatro de los jugadores que alternan presencia en el primer equipo (Carreira, Gabri, Miguel Rodríguez y Lautaro). El quinto, Fontán, ni siquiera entró en convocatoria.

Muy pronto quedó claro que no iba a ser un día cómodo para el Celta B. El Compos apretaba muy arriba y el planteamiento de Yago Iglesias apostaba por asfixiar a Holsgrove, encargado principal de dirigir la ofensiva viguesa y dar fluidez a su juego en ausencia por lesión de Solís. Así, el escocés no se sintió cómodo en ningún instante y poco a poco fue perdiendo su habitual protagonismo hasta desaparecer del choque.

La línea de cuatro 

Además, los visitantes mostraban una línea de cuatro mediapuntas más que interesante con dos jugadores de muchísima calidad y trabajo por dentro como Bicho y Abelenda y dos auténticos puñales en las bandas, Miki Villar en la derecha y Juampa en la izquierda.

Por todo eso, los primeros veinte minutos fueron de dominio compostelano aunque sin poner en grandes aprietos a Iago. Hasta que una acción a balón parado dio oxígeno al Celta B. Fue en un remate de Manu Justo tras varios rechaces que Pato Guillén paró bien abajo.

Los primeros veinte minutos fueron de dominio compostelano

De hecho, el propio Justo pudo haber cambiado el encuentro en otra acción puntual a la media hora de juego. Sin embargo, su chilena tras peinar de cabeza un saque de banda Josipovic, de lo más salvable en un desdibujado filial céltico, se marchó fuera por poco.

El Compos digirió bien los sustos. Con velocidad. Como la que exhibió Miki Villar para dejar atrás en la carrera a Markel y acabar sorprendiendo con un disparo que se estrelló en el primer palo y se fue a córner tras tocar ligerísimante Iago.

Más clara aún fue la acción que cerró el primer tiempo. Juampa le robó la cartera a Lucas y mostró también su velocidad para plantarse solo ante el meta céltico. Pero en el mano a mano, el portero local le ganó la partida desviando su disparo con el pie derecho.

La dinámica se mantenía en un inicio de la segunda parte en el que Juampa volvía a desbordar en velocidad para poner un pase atrás que Primo remató, encontrándose con otra buena parada de Iago.

Mientras, el primer y casi único acercamiento con algo de peligro de los célticos en la segunda parte fue un potente disparo tras girarse en la frontal de Josipovic que Pato Guillén rechazó con apuros.

Al final, la superioridad compostelana encontró su premio tras una gran pared entre Jimmy y Abelenda, que acabó con Bruninho derribando claramente al primero y Pablo Antas aprovechando el penalti para poner por delante a los suyos. Onésimo recurría entonces a Lautaro, Carreira y Losada para intentar cambiar el encuentro con veinte minutos aún por delante.

Pero nada varió. El Compos no bajó un ápice la intensidad de su presión y, en la recta final, hizo justicia a lo visto sobre el césped con dos nuevos tantos. Primero fue Abelenda el que aprovechó la estrategia en un saque de esquina para batir a Iago con un disparo milimétrico. Y poco después fue Primo el que no desaprovechó un genial pase del propio Abelenda para cerrar el encuentro.