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Atletismo

David Gómez abandona el Celta

No quiere “ser una carga” para el club por el malestar que sus críticas generan en el Concello - Sus pupilas Viteri, Queimaño y Puchmertlova fichan por otros equipos

David Gómez, en la presentación del último Trofeo Posada. MARTA G. BREA

David Gómez abandona el Real Club Celta de Atletismo. Aquel chiquillo que en 1997 llegó desde O Rosal para tatuarse la cruz de Santiago en el pecho, el último protagonista de las glorias olímpicas celestes y ahora uno de sus principales entrenadores, se ha desgastado en la batalla con las instituciones públicas por el trato a su deporte. Siente particularmente que su presencia en el Celta supone un motivo de fricción con el Concello de Vigo. Se aparta por amor y su marcha desata un efecto cascada: varios de sus pupilos, como Bea Viteri, fichan por otros equipos. Seguirá trabajando con ellos en Balaídos, torturado por horarios y carencias, triste por ver a varios vestir otros colores. Los actuales serán sus últimos discípulos si la situación no mejora en los próximos años. Gómez resume: “Ser atleta en Vigo es absurdo”.

Por su poderoso físico y por la tradición de su localidad natal, a David lo tentaron desde el balonmano. Pero él se había enamorado del atletismo, del reto de uno mismo, de la precisión de las marcas como jueces inapelables. Apenas tenía 16 años cuando se puso en manos de Antonio Fernández y 17 cuando se mudó a Vigo. Explosivo pese a su envergadura, las pruebas combinadas se acomodaban a su talento y a su talante. También multiplicaban los riesgos. “Diez pruebas, diez posibilidades de lesionarse”, suele resumir. Los problemas físicos han marcado su carrera, impidiendo que desarrollase totalmente aquel potencial que lo llevó a ser subcampeón mundial júnior en 2000 con el récord nacional de la categoría (7.772). Pero su capacidad competitiva le ha permitido brillar en los periodos de salud, con media docena de títulos nacionales absolutos y dos participaciones olímpicas, en Atenas 2004 y Pekín 2008.

Gómez dejó de competir al más alto nivel hace un lustro. Pero ya antes había empezado a compaginarlo con la labor de entrenador, en la que cumple una década. Trabaja en pruebas combinadas y especialidades como la pértiga. Y es desde hace mucho tiempo la principal voz crítica con la situación del atletismo vigués, especialmente por las condiciones de Balaídos. Las pistas municipales aguardan por una reforma que incluya el imprescindible módulo cubierto desde que el gobierno bipartito de la Xunta cerrase en 2009 un convenio con el Concello de Vigo. Desde entonces, PSdeG y PP, desde Praza do Rei y San Caetano, se acusan mutuamente de la paralización de un proyecto muy rebajado además en su alcance.

Las restricciones en el uso de Balaídos son además un obstáculo que ha lastrado la labor técnica de David Gómez. Las pistas solo abren actualmente de lunes a viernes por la tarde; ni mañanas ni fines de semana. El CUVI no sirve como alternativa. En las pistas universitarias no se permite pértiga, jabalina, peso, disco, vallas... De los trece discípulos del rosaleiro, seis han tenido que dejarlo por incompatibilidad. O han buscado otro destino como Abdel Larrinaga, cubano nacionalizado luso de prometedor porvenir que ha vuelto a Portugal. “¿Cómo es posible que Ourense tenga cuatro pistas y Vigo, solo una? ¿Cómo va a practicar atletismo un niño que viva en Teis?”, se pregunta Gómez.

Las denuncias públicas que David Gómez efectúa con frecuencia a través de sus redes sociales han deteriorado su relación con el Concello de Vigo. “Abel Caballero se lo ha tomado de forma personal”, concreta Gómez, que nunca ha tenido otra militancia política que su pasión atlética. De hecho, aclara: “Ni los de antes hicieron nada ni los que vendrán. Todo seguirá igual”. Con todo, abandona el Celta tras 23 años para que el club no sufra por ese enfrentamiento con los rectores municipales: “No quiero ser una carga”.

“Claro que me duele. Pero tendré más relajada la cabeza”, argumenta. Su decisión implica que sus pupilos tengan libertad para escoger acomodo. Bea Viteri vino desde Ourense para adiestrarse con él. El requisito de David era siempre pertenecer al Celta. Siendo una de las mejores pertiguistas de España, cotizada por la escasez, Viteri rechazaba todos los años ofertas de superior categoría. Ahora se va al Alcampo Scorpio 71 de Zaragoza. La combinera Karolina Puchmertlova ficha por el Ría de Ferrol y su compañera Eva Queimaño, por otro club de División de Honor.

Todas seguirán trabajando a las órdenes de David en Balaídos, aunque anuncia: “Es mi última remesa. Tengo un compromiso con mis atletas, pero no cogeré a más si las cosas no cambian en el futuro. Y no creo que suceda”.

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