La vida puede dar un giro de ciento ochenta grados para jugadores como David Costas Cordal (Chapela, 1995). La llegada de Eduardo Coudet al Celta supone para el defensa canterano una nueva oportunidad de jugar con el primer equipo después de acumular casi un año en blanco y una cesión al Almería por medio. Tanto él como sus compañeros Jorge Sáenz y David Juncà no quisieron marcharse de Vigo el pasado verano, a pesar de que no contaban para Óscar García. No han jugado ni un minuto en lo que va de temporada. Ahora, con el relevo en el banquillo, se les abren nuevos horizontes en Balaídos. Esperan acogerse a las oportunidades de los olvidados.

Uno de los que tuvo más opciones de romper ese estado de invisibilidad en la plantilla céltica con motivo del estreno de Coudet en el partido contra el Sevilla fue David Costas, que destacó en los entrenamientos durante la semana previa a la visita a Nervión, ante la ausencia de internacionales como Jeison Murillo, Joseph Aidoo y Néstor Araújo.

El hecho de que Murillo y Aidoo regresasen a Vigo sin apenas tiempo para entrenar con el nuevo técnico multiplicó las expectativas de Costas de entrar de nuevo en el equipo titular del Celta, al que no ha vuelto desde que el 5 de enero pasado jugase ante Osasuna. Ese día disputó el partido completo contra el conjunto navarro, era el sexto de la temporada. Semanas después, aceptó una cesión al Almería, que peleaba por retornar a Primera División. Con el equipo andaluz disputó 15 partidos de liga y dos de promoción de ascenso a la máxima categoría.

Realizó la pretemporada con el Celta, que le buscó acomodo, pero el futbolista prefirió continuar en Vigo, donde le resta año y medio de contrato, hasta junio de 2022. El relevo de entrenador abre nuevas expectativas para él y los compañeros que quedaron relegados al olvido.

Con el técnico argentino llegan nuevos métodos de trabajo y estilo de juego. A Costas le favorece la apuesta de Coudet de disponer de la defensa adelantada. Es un futbolista ágil y rápido, con buena salida de balón. Fue la apuesta de Luis Enrique Martínez en el verano de 2013. Desde entonces, disputó 48 partidos con la celeste. Después se marcharía cedido a Oviedo, Mallorca y Barcelona B, donde tuvo la oportunidad de debutar con el primer equipo azulgrana. Berizzo, Unzué, Mohamed, Cardoso, Escribá y Óscar García lo relegaron a la suplencia, mientras en el club le buscaban otros destinos. Al comienzo del curso tenía por delante hasta cuatro compañeros: Murillo, Aidoo, Araújo y el canterano José Fontán. Costas y Sáenz peleaban por la quinta plaza en el centro de la zaga. Con Juncà, son los olvidados.