La puesta en escena de Coudet con el Celta en Sevilla transmitió buenas sensaciones sobre el plan de juego del técnico argentino, a quien le esperan retos tan complicados como conseguir que el equipo celeste rebaje su dependencia de Iago Aspas. Lo que no consiguieron sus cuatro antecesores en el banquillo céltico intentará llevarlo a cabo Coudet a base de un juego más coral, fundamentado en la implicación y el compromiso de los jugadores. El sábado en el Sánchez Pizjuán se vieron los primeros esbozos del plan táctico del ‘Chacho’, que al menos por un día favoreció el lucimiento de futbolistas como Santi Mina, Hugo Mallo, Brais Méndez y, en menor medida, Nolito y Denis Suárez. Los cinco han de aumentar sus prestaciones ofensivas para que los goles no recaigan casi exclusivamente en el de Moaña y que éste no se vea obligado a repetir como mago por tercera temporada consecutiva para salvar al Celta del descenso.

Ante los de Lopetegui, el nuevo entrenador del Celta repitió el mismo once con que Óscar García cerró su etapa en Vigo, pero los célticos mutaron de piel a partir del minuto diez, cuando Aspas igualó el marcador después de que el Sevilla tuviese ocasiones para dejar sentenciado el duelo.

Entonces, comenzaron a aparecer jugadores casi desahuciados como Santi Mina. El vigués no marcó en esta ocasión, después de estrenarse como goleador en la jornada anterior ante el Elche, pero realizó una de las actuaciones más completas desde que regresó a Vigo en el verano de 2019. El delantero fue una pesadilla para Koundé y para Diego Carlos, la excelente pareja de centrales sevillista. No rehuyó el cuerpo a cuerpo, dio 22 pases, con un 86,4 por ciento de acierto, y tuvo una clara ocasión de gol que Vaclik despejó con apuros.

Meritoria también fue la labor de Hugo Mallo, que causó muchos problemas al rival por la banda derecha. De una de sus llegadas con centro envenenado surgió el primero gol del Celta, al aprovechar Aspas el mal despeje contra el palo del portero checo. El marinense también tuvo un remate con la izquierda que se marchó pegado al palo. No se recordaba tan buena actuación como carrilero del capitán céltico, que recuperaba además el brazalete del que le había desposeído el anterior entrenador. Destacado también fue su intención de jugar el balón siempre hacia adelante, asumiendo riesgos. Hizo 41 pases, con un 73,2 por ciento de acierto.

Por ese costado derecho también se movió con frecuencia un Brais Méndez que repetía titularidad por primera vez en lo que va de temporada. El mosense contribuyó a la circulación del balón, con la que el Celta desarmó a su rival durante casi setenta minutos. Se sumó además al ataque y Vaclik le cerró bien en un remate muy escorado. Le contabilizaron 43 pases, con un acierto del 76,7 por ciento. No está nada mal teniendo en cuenta que se movió por las zonas más transitadas del campo.

Por la zona de tres cuartos, pero escorado a la izquierda, y también con la obligación de ayudar en defensa, se movió el sábado un Nolito que buscó el gol con poco acierto pero que estuvo oportunista en un rechace del portero sevillista a disparo de Aspas para marcar el segundo tanto del Celta y el primero de su cuenta particular en esta temporada. Es el cuarto goleador celeste, tras Aspas (con 5), Carreira y Mina, también con uno cada uno. Navas y Ocampos le exigieron mucho esfuerzo en la contención, por lo que apareció menos de lo deseado en ataque. El sanluqueño, sin embargo, ha rendido bien con entrenadores exigentes como Luis Enrique Martínez y Berizzo. No pudo con la competencia que se encontró en el Manchester City y en el Sevilla, pero tiene clase y astucia para convertirse en uno de los mejores socios de Aspas, como ya hizo en la temporada 2015-16 en la que ambos coincidieron en Balaídos.

Otra de las piezas a rescatar por el ‘Chacho’ para liberar a Aspas de casi todas las responsabilidad de mantener vivo al Celta es Denis Suárez, quien va mejorando adecuadamente desde una posición más centrada y de mayor contacto con el balón. El salcedense está obligado a convertirse en el conductor del juego de los célticos, tanto desde el doble pivote, como en la mediapunta o como volante. El sábado rozó el 80 por ciento de acierto en el pase (79,6) y contribuyó a desactivar al rival. Ha ganado en intensidad y contundencia –recibió una tarjeta amarilla por una falta–, pero le falta constribuir a la producción goleadora para que el Celta rebaje su ‘Aspasdependencia’.