El filial céltico sumó su primer triunfo de la temporada precisamente en el encuentro en el que los seguidores locales volvían a Barreiro y, además, ante un rival, el Zamora, que se presentaba sin conocer todavía la derrota.Y lo hizo completando un encuentro muy sólido en defensa y en el que sólo las buenas intervenciones de Jon Villanueva en la primera parte evitaron un resultado más amplio.

De inicio, Onésimo planteaba varias novedades respecto a las anteriores citas como local. La primera, obligada, la presencia en portería de Iago Domínguez para suplir al lesionado Sequeira. La segunda afectaba al esquema utilizado, en esta ocasión un 4-4-2, desplazando a Ferrarés al lateral derecho en detrimento de Iker Losada, habitual como carrilero en las primeras citas de la campaña, y retrasando a Markel al centro de la defensa como compañero de Lucas. Cunha Pampín, indiscutible, completaba la zaga como lateral zurdo. En el mediocampo, Alfon ocupaba la banda derecha, Bruninho la izquierda y el escocés Holsgrove y Alberto Solís se repartín la parcela central. Por delante de ellos, Lautaro y Manu Justo formaban la dupla ofensiva.

La intensa presión muy arriba de los zamoranos complicaba la fluidez en la circulación de un Celta B que no se encontraba nada cómodo. Además, los visitantes asustaban al recién regresado público a las gradas con un gran lanzamiento de falta directo de Carlos Ramos que se estrelló en el larguero.

Sin embargo, la respuesta del filial céltico no se hizo esperar y apenas un par de minutos después Manu Justo montó un rápido contragolpe que Alfon culminó con un lanzamiento ligeramente cruzado.

Poco a poco, la intensidad de la presión del Zamora bajaba enteros y el conjunto de Onésimo empezaba a crecer en el partido y a acumular llegadas interesantes a las inmediaciones de la meta rival. Lautaro, unos de los más destacados del choque, tuvo una gran oportunidad en una buena jugada colectiva en la que Pampín habilitó a Solís y éste puso un gran pase atrás. Pero su remate se encontró con la inesperada pierna de un defensa para despejar a córner.

Eran los mejores momentos de un Celta B que reclamó un posible penalti por mano tras una espléndida acción individual de Lautaro y que pudo marcar también en un robo de Manu Justo que acabó con Alfon disparando muy alto.

Pero la inoportuna lesión de Alberto Solís obligaba a Onésimo a variar sus planes dando entrada a Carlos Domínguez en el centro de la defensa y adelantando a Markel y amenazaba con romper el buen momento céltico.

No fue así. Los locales mantuvieron su buena inercia y tuvieron otras dos buenas ocaiones en los diez minutos finales, en las que Jon Villanueva fue providencial para los suyos. En la primera, Pampín puso un gran centro que Lautaro cedió con la rodilla para Holsgrove fusilase. Sin embargo, el disparo del escocés se encontró con una genial parada del meta. Y casi a punto de finalizar la primera parte fue Bruninho el que no logró superar a Villanueva en el mano a mano para inaugurar el marcador.

El técnico visitante buscó la reacción de su equipo con un doble cambio en el intermedio. Pero no hubo casi tiempo para ver si su variante daba los frutos esperados puesto que Bruninho cazó un balón largo con un buen control para acabar poniendo un centro raso que Manu Justo, lanzándose con todo, envió al fondo de la red.

El Zamora, que ya había consumido otros dos cambios más, apretaba y estuvo a punto de aprovechar una pérdida de Pampín para empatar. Pero el disparo de Guille Peredo se marchó ligeramente cruzado.

Mientras, el filial céltico conseguía una importante dosis de tranquilidad al aprovechar Lautaro un balón suelto tras un mal despeje de la defensa a un centro de Alfon para conseguir el 2-0.

El tanto reafirmó a un conjunto vigués que pudo ampliar su renta en un contragolpe en el que Holsgrove pecó quizás de excesivo individualismo y en otro remate del escocés que se marchó fuera por poco. Sin embargo, entre ambas acciones, Sergio García también tuvo poco después la oportunidad de haber metido de nuevo a los suyos en el choque pero, en muy buena posición, remató demasiado cruzado.

Por eso, el filial prefirió dormir los últimos quince minutos, en los que sólo una salida en falso de Iago Domínguez, que Sergio García intentó sin éxito aprovechar desde casi el medio del campo, inquietó a los locales. De hecho, los pupilos de Onésimo pudieron incluso redondear el marcador en una última acción por banda derecha en la que Losada colocó un peligrosísimo centro raso al que Josipovic no llegó por muy poco. No fue así pero el Celta B ya tenía el triunfo en el bolsillo. El primero. Porque Barreiro ya suma de tres en tres.