Eduardo Coudet, el Chacho, desembarcó anoche en la ciudad para hacerse cargo de la plantilla del Celta con objetivo de reflotar al equipo tras dos temporadas en el alambre y al borde de nuevo de los puestos de descenso tras disputarse nueve jornadas de Liga. El técnico argentino aterrizó en Peinador a primera hora de la noche en el último vuelo desde Madrid y se desplazó directamente hasta A Sede para cumplir con el acto protocolario de estampar su firma en el contrato que lo vinculará al club celeste por dos temporadas. “Estoy muy ilusionado. Es un reto”, declaró el nuevo técnico a su llegada a la terminal viguesa.

El Chacho llegó acompañado de los cuatro miembros del cuerpo técnico que tenía en su anterior club, el internacional de Porto Alegre brasileño: Ariel Broggi, que ejercerá como segundo entrenador; los preparadores físicos Octavio Manera y Guido Cretari y el analista Carlos Fernández.

Eduardo Coudet dirigirá esta mañana su primer entrenamiento en las instalaciones deportivas de A Madroa con la mirada puesta ya en el compromiso liguero contra el Sevilla, que el Celta aborda tras el parón de selecciones con el propósito de conseguir un triunfo que se le resiste desde la segunda jornada de Liga.

Según exige el protocolo antiCovid establecido por LaLiga, el nuevo entrenador celeste y sus ayudantes tendrán que pasar dos pruebas PCR antes de poder dirigir su primer entrenamiento. Una de ellas la pasaron ayer tarde en Madrid y la segunda la pasarán esta misma mañana.

Tras este trámite, Eduardo Coudet ya podrá dirigir su primera sesión preparatoria, una primera toma de contacto con el plantel que el preparador porteño aprovechará para esbozar las líneas maestras de su exigente método de trabajo.

Las circunstancias de trabajo distan de ser las mejores. Tras varios días negociando la rescisión de su contrato con el Internacional, Eduardo Coudet cuenta con solo siete días para preparar un partido especialmente complicado por la entidad del adversario y la dificultad del escenario, pero sobre todo por las bajas con las que el técnico cuenta por los compromisos de los internacionales celestes.

Las ausencias son especialmente significativas en defensa, donde el Chacho no va a poder contar en estos primeros días con los tres defensas centrales que suman más minutos sobre el césped: el colombiano Jeison Murillo, el mexicano Néstor Araújo y el ghanés Joseph Aidoo. Los tres se irán reincorporando gradualmente al equipo a partir del próximo martes, una vez que hayan finalizado los compromisos con sus selecciones. A partir del miércoles se espera al peruano Renato Tapia, otra de las piezas claves en el esquema defensivo, y al turco Okay Yokuslu, mientras que el internacional sub 21 Fran Beltrán disputa su último partido con la Rojita el martes.

Las bajas en la retaguardia dejan a Coudet muy poco margen para trabajar en la mejora del esquema defensivo celeste. El Chacho cuenta apenas con David Costas y Jorge Sáenz, dos de los descartes de su predecesor, y del canterano José Fontán para trabajar en el eje de la línea.

Con la llegada del nuevo entrenador, tanto el redondelano como el tinerfeño parten de cero para demostrar que pueden tener un hueco en el equipo. Esta posibilidad se hace extensiva a otros futbolistas del plantel que esta temporada han tenido poco o nulo protagonismo como David Juncà, sin minutos este curso, o Miguel Baeza, que asomó en las primeras jornadas de Liga, pero cuyo protagonismo ha decrecido de forma notable con el paso de los partidos. Eduardo Coudet cuenta, a mayores, con las bajas de Kevin Vázquez y Emre Mor.

Queda por ver también qué protagonismo pueden tener con el nuevo entrenador los futbolistas de la cantera a los que Óscar García hizo debutar esta temporada con el primer equipo: Sergio Carreira, Gabri Veiga y Miguel Rodríguez, si bien el buen desempeño de los tres chicos y el pobre fondo de armario del equipo hace pensar en que seguirán entrando en sus planes del nuevo entrenador.

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El enigma de la capitanía

Una de las últimas y más controvertidas decisiones que tomó Óscar García Junyent antes de ser destituido fue retirar el brazalete de capitán a Hugo Mallo y designar una variopinta comisión de jugadores encabezada por Iago Aspas para ejercer la capitanía del equipo. Con esta decisión, propiciada por una serie de desencuentros con el lateral marinese, el preparador sabadellense no solo retiraba al brazalete a uno de los grandes símbolos de la cantera de A Madroa, sino que rompía una tradición de más de una década, desde la etapa de Pepe Murcia, en la que los capitanes del equipo eran elegidos por el vestuario, sin injerencias del cuerpo técnico. El nuevo técnico, Eduardo Coudet, debe decidir ahora si mantiene la decisión de su predecesor en el cargo o devuelve a los jugadores la potestad de elegir a los capitanes que representan al plantel tanto en el césped como en sus relaciones con el club y el propio cuerpo técnico.