Este fin de semana llegó el deseado momento por parte del equipo Juvenil B con el inicio de su participación en la Liga Nacional. Atrás quedaban diez largas semanas de entrenamiento, las dos primeras sin contacto entre los jugadores y teniendo que mantener la distancia de seguridad y las siguientes, gracias a la realización de test serológicos cada 15 días, incorporando ya poco a poco las tareas con contacto hasta llegar a la normalidad actual y al deseado regreso a la competición ocho meses después.

El conjunto dirigido por Claudio Giráldez se estrenó a domicilio en la matinal del domingo visitando el campo Vilar de Astres para medirse al UD Ourense. Después de unos minutos iniciales de tanteo, los juveniles célticos se adelantaron en el marcador poco antes del cuarto de hora gracias a un tanto de Robert Carril. El internacional español, desde dentro del área, consiguió sacar un potente disparo que se convirtió en el 0-1.

Sin embargo, poco le duró la alegría a los vigueses ya que apenas un minuto más tarde los locales lograban igualar tras una buena jugada por la banda izquierda que Marcos Jesús Calviño aprovechó para devolver las tablas al marcador.

Pero a la media hora de una intensa primera parte, los célticos ponían el que acabaría siendo definitivo 1-2 en un saque de esquina en el que el balón golpeó en el segundo palo y tras rebotar en la espalda de un defensa ourensano acabó dentro de la portería local.

Con ventaja viguesa se llegó al intermedio dando paso a una segunda mitad en la que los pupilos de Claudio Giráldez acrecentaron su dominio pero sin llegar a transformarlo en una mayor tranquilidad en el marcador. Esa mínima renta, unida a las reducidas dimensiones del terreno de juego y a alguna peligrosa contra de los locales en estos segundos cuarenta y cinco minutos, mantuvieron la incertidumbre por el resultado hasta el pitido final.