Al Celta no le sientan bien los arbitrajes de Ricardo de Burgos Bengoetxea, que el viernes se cruzó de nuevo con el equipo vigués después de protagonizar dos polémicas actuaciones ante el Mallorca la temporada pasada. Contra el Elche, el colegiado vasco señaló un penalti en el primer minuto de juego por una dudosa mano de Hugo Mallo en una acción embarullada en el área de Rubén Blanco que pudo acabar en falta del delantero ilicitano. La polémica decisión condicionó el resto del partido. Los célticos evitaron las críticas para no verse perjudicados por las duras sanciones que ha impuesto la federación a las palabras en contra del estamento arbitral.

El polémico penalti, cinco tarjetas amarillas, la expulsión de Rubén Martínez, ayudante de Óscar García, y la cara ensangrentada de Brais Méndez tras un codazo de Boyé sin castigo fue el balance para el Celta de las decisiones del árbitro vasco.

“En cuanto al arbitraje, poco puedo decir... si no me sancionan. Es verdad que mucha suerte con este árbitro no estamos teniendo los últimos partidos que nos ha tocado, que son bastantes”, manifestó el técnico del Celta al finalizar el encuentro en el Martínez Valero.

Iago Aspas, ahora capitán céltico, también se mordió la lengua cuando reclamó una tarjeta a Boyé por el codazo a Brais: “Una temporada tras otras”, soltó el moañés, que como regalo recibió una cartulina amarilla.

Más gruesas fueron las palabras de Rubén Martínez, que De Burgos Bengoetxea recogió en el acta del partido. “Fue expulsado por el siguiente motivo: dirigirse a mí gritando desde la zona habilitada para técnicos y jugadores suplentes en la grada, en los siguientes términos: “¡Siempre sois los mismos, no veis nada, esto es una puta vergüenza!”, en señal de protesta. Tras ser expulsado, se dirigió a vestuarios, unos minutos después fue a otra zona de la grada y a instancias del 4º árbitro fue avisado por medio del delegado de campo para que se dirigiera a los vestuarios de nuevo. Tras ello, abandonó la zona mencionada y fue a vestuarios. Al finalizar el partido, nos esperó en el túnel de vestuarios para seguir protestando en los siguientes términos: “¡Vaya penalti te has tragado, mira la jugada anda!,” teniendo que ser retirado por personal de su club”.

Al colegiado vasco también le reclamaron dos penaltis en las áreas de ambos equipos, pero la decisión de la primera pena máxima le llevó a aumentar la tolerancia, hasta el punto de perdonarle la expulsión a Lucas Boyé (amonestado con anterioridad por otro codazo), mientras Brais Méndez era sustituido con la cara ensangrentada.