El Pontevedra CF logró ayer su victoria en Pasarón ante el Celta B, un triunfo que lo pone líder de la clasificación en su grupo sin haber perdido aún ningún partido. El filial encadena su segunda derrota consecutiva. El Pontevedra ofreció unos primeros minutos de vértigo solventando las oportunidades de los celestes, pero también sufrió en los últimos momentos y llegó a temer que se le escapara la victoria de las manos.

El encuentro comenzaba con un juego muy intenso del Pontevedra mientras el Celta B no terminaba de engancharse al partido. Las primeras ocasiones llegaron de la mano de Álex González y Rufo, un remate del madrileño que iba directo ante el que se cruzó Sequeira evitando que los granates se pusieran por delante. Lo intentó de nuevo Charles, pero el guardameta céltico no pasaba una, tanto daba porque el árbitro ya preparaba el fuera de juego.

Los de Jesús Ramos mostraban un buen juego con ideas muy claras, pero el filial del Celta supo pasar rápidamente de la defensa al ataque y tuvieron una de las oportunidades más claras de gol. Rondaba el minuto 20 cuando Solís lanzaba un doble remate que paró por dos veces Mario Fernández. Casi sin tener tiempo para reaccionar, el santanderino salvaba al equipo.

Los Onésimo se vinieron arriba y tomaron la delantera entonces mientras el Pontevedra no terminaba de encontrarse. La rivalidad se notaba cada vez más en las disputas y Álex González e Imanol recibieron amarilla, ambos por derribar al contrario tras llegar tarde a la jugada. El Pontevedra estaba algo falto de precisión, pero pronto llegó el capitán para poner el primer gol en el marcador. Lo hizo poco antes del descanso al contraataque tras un mal despeje en el centro del campo con un remate potente que dejó a Sequeira sin poder hacer nada.

Con la alegría se fueron los de Ramos al vestuario y se debieron quedar con ganas de celebrar más porque nada más salir al campo Adrián Cruz sacaba un córner que aprovechaba Eneko Zabaleta para marcar el segundo tanto, el primero para el vasco como granate.

Con la delantera en el marcador los granates buscaban el tercero mientras al Celta le estaba costando avanzar en el campo. Una falta de entendimiento entre Charles, Eneko, Oier y Álex hizo que el balón no llegara a portería para los granates mientras el filial andaba impreciso y algo desconectado en las bandas. Comenzaba a pesar el cansancio en las filas del Pontevedra y volvió a recuperar el oxígeno con la llegada de Romay y Jorge.

Salió más tarde por el Celta Bruninho, que no paró de buscar el gol hasta que lo logró. A menos de 10 minutos del final el blanquiazul colocaba un balón al final de la red en un contrataque. Los celestes trataban de encontrar como fuese el gol del empate. La tensión era máxima y cada disputa de balón era una guerra. Sufrió mucho el Pontevedra, que temió el empate en los últimos segundos con un córner que Churre se rompió por defender. Tal era el rebote de los vigueses que ya con el partido terminado Cissé se llevó la amarilla por llevarle la contraria al árbitro, mismo motivo por la que la recibió pocos minutos antes su técnico.

Sabiéndose líder y con la alegría de los aficionados, el Pontevedra se retiraba del césped. Al encuentro solo pudieron acudir 300 aficionados, elegidos por sorteo ante notario con previa inscripción, entre residentes de Pontevedra, Marín y Poio, ya que no se permite la movilidad fuera de estos municipios salvo por causas justificadas.