Empate agónico y con emoción final el que se lleva el Celta de su visita al Levante. Los de Óscar García se repusieron a un gol local nada más comenzar la segunda parte, fruto de un inocente penalti de Nolito, y empataron por medio de Sergio Carreira. El carrilero derecho --el entrenador catalán volvió a disponer una defensa de cinco-- culminó en el segundo palo una gran juagada de Denis Suárez para convertirse en el segundo goleador celeste en esta temporada. Solo él y Iago Aspas, dos canteranos, dos generaciones, han visto puerta en los siete primeros partidos de LaLiga. Pero el punto, que le sirve al los vigueses para no caer ya en puestos de descenso, estuvo en riesgo en el descuento: el árbitro anuló un gol a los levantinistas por un fuera de juego posicional muy discutible.

El miedo y la igualdad marcaron un encuentro con más sabor a último tramo de campeonato que a jornada séptima. Pero ambos conjuntos habían acumulado tres derrotas consecutivas y las urgencias empiezan a aflorar. La primera parte fue un fiel reflejo de esas sensaciones, con los dos equipos más preocupados de no equivocarse demasiado que de generar peligro. Y cuando llegaban a la zona caliente la imprecisión fue la tónica habitual. Sin casi noticias en ataque durante estos primeros 45 minutos, cabe destacar que Fontán, alistado como tercer central con Murillo y Araujo, va consolidando sus buenas prestaciones, con acertadas acciones defensivas y también muestras de su buena visión de juego y su capacidad de traspasar líneas con el pase.

El cálculo y la batalla táctica quedaron desbaratados nada más arrancar la segunda parte. Nolito agarró por detrás a Miramón antes de entrar en el área y completó la falta dentro. Penalti claro que transformó Roger Martí tras engañar a Iván Villar. Cabía el riesgo de que un equipo tan frágil mentalmente como el Celta, con tantos traumas recientes, se desplomase tras este golpe. No fue así. Al contrario, los de Óscar, que siguió el partido desde la grada, reaccionaron con energía y enseguida pusieron cerco sobre la portería de Fernández. Aspas avisó con la derecha y poco después Denis Suárez hizo lo que se espera de él: desequilibró. Apuró una jugada por la izquierda hasta la línea de fondo y puso un letal pase atrás. No lo cazó Santi Mina pero en el segundo palo apareció Sergio Carreira. Si con el Barça envió su remate al palo esta vez no falló. El chaval tiene llegada, parece claro.

Los minutos siguientes los vigueses siguieron apretando. El Levante acusó el zarpazo, pero a la ofensiva celeste le faltó colmillo y precisión en los últimos 30 metros. Nolito, a pase de Aspas, tuvo en sus botas su clásica rosca al segundo palo, pero todo se quedó un disparo fácil al primero. Luego vino una fase de impasse, en la que los equipos parecían haber vuelto a la primera parte, a la preocupación por no equivocarse. Amenazó Morales con una de sus galopadas a la espalda de los centrales, pero Iván Villar le negó el espacio en el remate.

Y poco más. El Celta volvió a intentar otro arreón, pero careció de frescura. Ya en el descuento llegó la jugada que, a la postre, marcó el choque. Dani Gómez golpeó desde dentro del área, Murillo desvió ligeramente e Iván Villar no fue capaz de reaccionar. El balón acabó en la red, pero el árbitro, Melero López, señaló de inmediato fuera de juego posicional de Roger. Estaba claramente adelantado, lo que es más dudoso es que fuese él que el molestase al guardameta. Finalmente, el juez decidió ir a ver por sí mismo la jugada en la pantalla del VAR. Se reafirmó en su decisión inicial y permitió sumar un punto al Celta.