Las medidas de seguridad son máximas y, como no podía ser de otra manera, las escuelas de la Fundación Celta cumplen los protocolos marcados para la práctica deportiva. La experiencia adquirida durante el verano con la celebración de los diferentes campus sirve de base para un trabajo que se lleva a rajatabla.

La individualización del trabajo, con nulo contacto entre los jugadores, también favorece cumplir estrictamente con unas medidas que se inician con la toma de temperatura antes de iniciar las sesiones y que incluyen también la frecuente higiene de manos y mantener la distancia como las bases para evitar incidencias.