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Al Celta le sobra actitud y le falta fútbol

El equipo celeste cede su primera derrota ante un Barça en inferioridad que aprovechó su pobre pegada para golear a la contra

Leo Messi conduce la pelota perseguido por Néstor Araújo durante el choque disputado anoche en Balaídos. // Ricardo Grobas

Primera derrota del curso del Celta frente al remozado Barcelona de Ronald Koeman, que rompió anoche en Balaídos una racha de más de cinco años sin relación con la victoria en el coliseo celeste. El arrojo y el espíritu combativo que el equipo vigués puso en el choque no se vio correspondido en el resultado, a pesar de que el grupo de Óscar García jugó más de medio encuentro en superioridad numérica por la expulsión de Lenglet en el minuto 41 del primer tiempo.

Pero incluso con buena actitud y un hombre más sobre el campo el Barça fue esta vez demasiado para un Celta que no tuvo fluidez pelota para aprovechar su ventaja numérica y careció de claridad en los metros para desactivar el sólido entramado defensivo azulgrana.

Este déficit ofensivo derivó en un monumental atasco en el área azulgrana y dio espacios al equipo de Koeman para desplegar con velocidad la contra. Tode ello acabó resultando clave en la derrota del cuadro celeste, que no fue capaz de responder con la contundencia necesaria para remontar el madrugador gol de Ansu Fati (minuto 10) y se encontró antes de darse cuenta tras el intermedio con una genialidad de Messi que Olaza introdujo sin querer en la portería de Iván Villar. Con 0-2 en contra, el partido fue un quiero y no puedo para el Celta, que acabó goleado con un tercer tanto de Sergi Roberto en el último estertor del encuentro.

El choque contra el gigante azulgrana deja buenas y malas noticias. Las mejores atañen a los jóvenes, con especial mención a los canteranos Fontán y Gabri, pero también y de forma muy destacada a Miguel Baeza, seguramente el hombre que puso chispa al desvaído ataque celeste; las peores incumben a Denis Suárez y a Santi Mina, que anoche navegaron entre el desacierto y la intrascendencia.

cambio de esquema

No sorprendió Óscar García al optar por un cambio de dibujo frente a los azulgranas. Con este mismo esquema (tres centrales, dos carrileros, dos pivotes y tres atacantes) cortejó el equipo celeste el pasado curso el triunfo en Balaídos y le generó, pese al mal resultado, problemas en el Camp Nou. Más que el cambio, que era más o menos esperado, llamó la atención la elección de piezas, por la inclusión en el once del los canteranos José Fontán y Gabri Veiga, y su disposición sobre el tablero, con Olaza como tercer central y el zaguero vilagarciano como carrilero izquierdo.

el baile de los centrales

No menos llamativa fue la decisión de prescindir de Néstor Araújo para situar a Lucas Olaza en el eje de la línea, aunque el internacional mexicano (sorprendentemente degradado a actor secundario en este inicio de temporada) entró más tarde (y no lo hizo nada mal) cuando Fontán tuvo que retirarse del campo por una lesión en el hombro.

El curioso baile de centrales (al que de nuevo no estaban invitados Jorge Sáenz y David Costas) se prolongó al inicio del segundo tiempo con la retirada del amonestado Aidoo por Baeza, ya con el Barcelona en inferioridad, para intentar aprovechar (sin éxito por una genialidad de Messi) la ventaja numérica. Araújo pasó entonces a formar pareja con Murillo y Olaza recuperó su habitual posición en banda. Óscar García fortaleció el ataque con Baeza y lo intensificó más tarde con Nolito y Santi Mina, pero el Celta rara vez encontró puerta.

fontán y veiga responden

En "un partido para valientes", como lo describió Óscar García, el técnico celeste tuvo la osadía de incluir a José Fontán y a Gabri Veiga . Ambos respondieron sobradamente al desafío durante los minutos que estuvieron sobre el verde

Especialmente gratificante fue la actuación del imberbe centrocampista porriñés, que brilló en la marca frente a De Jong, protagonizó con carisma impropio de su edad alguna de las mejores acciones ofensivas del Celta y contribuyó decisivamente a la expulsión de Lenglet forzando la primera amarilla del francés,, obligándole a hacerle una peligrosa falta al borde del área a la Aspas no sacó luego partido. Menos brillante, aunque también prometedora, fue la participación de José Fontán como carrilero izquierdo hasta que una mala caída lo sacó del partido.

aspas, desasistido

Uno de los principales problemas del Celta fue la escasa participación de Aspas en los metros decisivos. El moañés tuvo que bajar demasiado a recibir la pelota para participar del juego, dispuso de pocos metros para correr y apenas apareció en las zonas del campo donde puede hacer verdaderamente daño. No le ayudó al moañés el atasco de piezas ofensivas con las que el preparador celeste trató de aprovechar la ventaja numérica.

La aportación de los hombres de ataque fue desigual y en general descoordinada, salvo por alguna acción individual de Baeza, un chico que aúna calidad y atrevimiento y que estuvo muy cerca de anotar tras una excelente combinación con Nolito; y del propio sanluqueño, que al menos intentó buscar el portal de Neto con un par de intencionados lanzamientos que no encontraron portería. Demasiado poco como para sorprender a un equipo como el Barcelona, incluso jugando en Balaídos y con un hombre más sobre el terreno de juego.

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