El Celta vuelve a estar pendiente del Yom Kipur, el día más sagrado del año para los judíos, como cuando en 1996 tuvo que adelantar el horario de su partido ante el Betis para poder contar con Haim Revivo. Esta vez, los célticos pueden verse beneficiados el domingo en Zorrilla si finalmente Sean Weissman decide cumplir el precepto religioso y no jugar con el Valladolid. A su técnico, Sergio González, se le multiplican los problemas ante las numerosas bajas por lesión que presenta el conjunto pucelano.

En la capital castellana se apuntaba ayer la posibilidad de que Weissman atienda antes sus deberes religiosos que los deportivos. El delantero israelita, que llegó esta temporada a LaLiga procedente del Wolfsberger austriaco, parece dispuesto a respetar el día de la expiación: la jornada más sagrada y solemne de los judíos, que este año se celebra el domingo 27 de septiembre, fecha señalada para el partido entre el Valladolid y el Celta.

En ese caso, Weissman se sumaría a una larga lista de bajas del equipo vallisoletano, que ante los célticos no podrá contar con el guardameta Masip, además de Alcaraz, Moyano, Joaquín Fernández, Kiko, Sekou y El Hacen, que negocia su incorporación al Lugo. Además, Marcos André acaba de incorporarse a los entrenamientos, por lo que es duda para enfrentarse al Celta, que cuenta con la totalidad de la plantilla para la tercera cita del curso, a excepción de los porteros Rubén Blanco y Sergio Álvarez, lesionados de larga duración.

La ausencia de Weissman, si se confirma, no estaba prevista en principio por el club que preside Ronaldo Nazario de Lima. Se desconoce si en el contrato del jugador israelí se incluía una cláusula para no jugar el día del Yom Kipur, en el que los creyentes están obligados a encerrarse en casa a partir de la caída del sol y durante 25 horas solo podrán dormir y rezar, sin comer ni realizar trabajos.

El Celta sí asumió esa condición impuesta por Revivo en su contrato, lo que impidía contar con el delantero la jornada de su fiesta más sagrada. El problema para el equipo celeste se presentó con motivo de la visita a Balaídos del Betis, prevista para el domingo 22 de septiembre de 1996, jornada en la que en Israel se preparaban para celebrar el Yom Kipur.

Para contar en esa ocasión con Revivo, al Celta no le quedó otra que proponer el retraso en una hora del inicio del partido, previsto en un principio para las 19 horas. De esa forma, el futbolista israelí tendría margen de tiempo para jugar y regresar a casa antes de que se decretase el confinamiento domiciliario para festejar el día sagrado judío.

La situación de Revivo generó una gran atención mediática en esa jornada de LaLiga, pasando desapercibido el debut de Alexander Mostovoi con la camiseta del Celta. El centrocampista ruso había sufrido una lesión nada más ser presentado en Vigo, por lo que tuvo que retrasar su primera aparición con la celeste, con la que protagonizaría una de las más brillantes trayectorias que se recuerdan en el club vigués. De ello daba cuenta ayer Afouteza e Corazón en Twitter.

Pero seguimos con Revivo, porque el futbolista tuvo que abandonar Balaídos a toda prisa ese domingo de septiembre de hace 24 años. Ni siquiera se duchó. Tenía que comer antes de que se iniciase el día del perdón. Después, hasta el día siguiente, solo podría dormir y rezar. Y eso mismo espera hacer el domingo su paisano Sean Weissman.