Ochenta minutos solventes y diez de sufrimiento, que nunca falta. Excelentes sensaciones en este arranque de la temporada. Óscar empieza a cumplir lo que prometía. Demuestra que en el anterior ejercicio se dedicó a tapar grietas, plegado a las urgencias, sin ningún diseño propio. Este equipo es más su hechura: presión alta, intercambio de posiciones, verticalidad. Nada puede todavía anticiparse. Pero una semana de tranquilidad, después de los dos últimos años, es algo que debe paladearse.

otra química

Solo una pieza realmente nueva en el once inicial. El producto,sin embargo, ha experimentado un giro copernicano. Renato Tapia cuenta y mucho. Pero también la intensidad, el estado físico, la química, la distinta disposición de los jugadores sobre el campo, los mecanismos tácticos, el trabajo de pretemporada, la serenidad mental, la redención de algunos. Por eso siempre conviene resistir la tentación de quemar los cimientos cada vez que concluye una mala temporada.

el vuelco de mor

En Emre Mor se condensa el cambio. Se enrabieta camino del banquillo, igual que Aspas sigue discutiendo con árbitros, rivales y compañeros. Uno no cambia. Pero puede aprender a gestionar mejor su personalidad. Iago lo consiguió y Mor debe perseverar en ese camino. Ayer corrió hacia delante y hacia atrás. Mostró su actual fuerza en los choques. Encajó las faltas sin descomponerse. E insinuó que empieza a entender mejor el juego, con desmarques inteligentes y más acciones de tocar e irse, haciéndose indescifrable. Demasiado pronto para indultarlo. Sigue bajo sospecha. Pero igualmente nos permite recordar que a nadie se le debe condenar a perpetuidad con tan solo 23 años. La prueba definitiva llegará cuando realice un mal partido o cuando Óscar lo saque de la alineación. Cuando, en definitiva, el viento sople en contra. Ahí sabremos si el cambio es definitivo.

Tapia y murillo

Murillo y Tapia aportan aquello que el Celta había ido perdiendo desde los tiempos de Berizzo: personalidad, autoridad, despliegue físico, inteligencia en la presión y el corte. No es casualidad que el Valencia apretase cuando ambos desaparecieron de escena, con problemas que impiden que el celtismo duerma con una sonrisa plena.

añoranza de maxi

Son las equivalencias del fútbol, tan específicas: vale lo mismo un gran juego colectivo durante 45 minutos que un centro lateral y un remate. El Celta tuvo a Wass y Maxi. No pudo conservarlos porque, más allá de cuestiones particulares de cada operación, su crecimiento excedía los límites salariales que el club podía ofrecerles. Son jugadores que simplifican el fútbol. El gol de Maxi apuntala a los críticos con aquel intercambio por Santi Mina, que de momento no ha entrado en ritmo. Pero Maxi también resta. No ha conseguido añadir a su impresionante instinto goleador una mayor cuota de participación en el juego.

reparto de papeles

Óscar no engaña. Su lectura de cómo la dirección deportiva ha maniobrado en el mercado, en este punto, parece clara. Ha concedido galones a Tapia y lo riega de elogios. Otorga la titularidad a Murillo con apenas un entrenamiento. Baeza ya ha entrado en dos ocasiones desde el banquillo. Vadillo, en cambio, sigue sin debutar pese al posible agotamiento de Nolito. Pero Óscar también ha probado en el pasado que no se muestra inflexible en el reparto de papeles. Es importante que sepa transmitirlo porque en esta temporada, con cinco cambios y posibles positivos por Covid-19, resultará especialmente importante que toda la plantilla se sienta partícipe.

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Las fotos del Celta - Valencia

Aspas permanece

Todo cambia pero Iago permanece. El equipo apuesta por la posesión o la contra. Con ariete o sin él. En media tabla o por el descenso. Pero él sigue siendo el embudo hacia el que desemboca todo el juego. Da igual que parta desde la banda derecha, la mediapunta o como referencia. En la pasada temporada anotó goles importantes pese a su gris tono general. Ayer estuvo activo además de acertado. Lo único que entristece de Aspas es la calvicie incipiente del cogote que delata sus 33 años. Hay que disfrutarlo en cada instante, en cada decisión y golpeo, porque es un jugador para la historia.

El acertijo de denis

Óscar todavía tiene que resolver un acertijo: la mejor ubicación de Denis Suárez. El centrocampista salcedense partió ayer desde la banda derecha, aunque con libertad para aparecer por los conductos interiores. No fue un mal partido. Pero todavía no se ha convertido en protagonista principal en el juego. Todavía no conecta con el balón con toda la frecuencia que debería. No siempre es fácil cuadrar todas las necesidades individuales en el puzle colectivo. Denis se sacrifica y si el físico lo respeta, acabará creciendo.