Nadie más inteligente que Iago Aspas dentro de la cancha. Nadie capaz de combinar con peculiar equilibrio la sangre caliente y la mente fría. El moañés ama el fútbol más allá de lo profesional. Colecciona datos y opiniones sobre jugadores de todo el planeta. Y tiene su propia trayectoria como permanente referencia, para replicar o modificar las decisiones que tomó en el pasado. Ahí está el secreto de la victoria sobre el Valencia.

Sucede el 2 de febrero, en la visita del Celta a Mestalla. En el minuto 51 Aspas se dispone a ejecutar una falta, desde una posición similar a la de ayer pero escorado hacia el lado izquierdo. Jaume charla con Parejo y el entonces capitán, justo antes de que Aspas, golpee, retrocede corriendo hacia el palo débil del portero. Acierta con la trayectoria del disparo y despeja de cabeza.

Esa fue la acción que Aspas tenía en mente cuando ayer tomó el balón. Ya no está Parejo en el Valencia pero sí Jaume y se temió que el portero repetiese la instrucción a otro compañero. Pero esta vez Jaume, quizá porque el disparo venía de manera natural, desde la derecha, no apostó por esa maniobra. Y Aspas se había dado cuenta.

"Doy las gracias a mis compañeros", comenta sobre su doblete. "El primero fue un regalo de Nolito. Tengo un entendimiento especial con él, no solo de esta temporada, sino de las anteriores. En el segundo tenía miedo que me pasara como el año pasado contra el Valencia, en Mestalla. Fui a pegar por encima de la barrera y Dani Parejo se me anticipó, quitándola bajo palos. Tenía miedo de que se me pusiera otro compañero. Por eso tardé un poco en acomodarme para disparar. Vi que no había nadie y tuve la certeza de meterla ahí".

Felicidad individual dentro de la satisfacción colectiva. "Hemos hecho unos primeros treinta minutos muy buenos, presionando muy arriba, teniendo bastante posesión y obligando al Valencia a echar el balón casi siempre en largo a Maxi. En los últimos quince minutos nos quedamos sin gasolina y fue cuando ellos apretaron más. En la segunda parte se ha visto un partido muy igualado, ante un gran equipo. Aunque se le hayan ido piezas, tiene jugadores de muchísima calidad. El resultado es justo. Aunque nos hayan achuchado un poco al final, hemos tenido dos o tres contras que nos hubieran permitido pasar los últimos minutos más tranquilos", lamenta.

"El balance es muy bueno pero aún me queda pena del partido en Eibar", comenta Aspas en otro ejercicio de memoria. "Estuvimos bien en la segunda parte. Pero el equipo rival también compite y defendieron bien. Nos vamos contentos, con cuatro puntos y las buenas sensaciones que ya teníamos de la pretemporada. Ha llegado algún que otro compañero, alguno que ya teníamos, y a apretar entre todos".