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El Celta, robusto a sus 97 años

El Celta celebra hoy su aniversario en medio de una de las épocas más serenas de su historia

Los jugadores del Celta se abrazan tras conseguir la última permanencia. // LOF

El Celta sopla hoy una nueva vela. La noventa y siete desde que aquel sueño que tuvo Manuel de Castro "Hándicap" se hiciese realidad un 23 de agosto de 1923 para convertirse en una de las reconocibles banderas de Vigo y de Galicia. Ese entrañable anciano disfruta en la actualidad de un notable estado de salud, en medio de uno de los momentos más plácidos de su historia tanto en lo deportivo como en lo institucional que solo se ha visto empañado por la irregular trayectoria del equipo en las dos últimas temporadas que le ha llevado a pasar más apuros de los previstos para conseguir la permanencia en Primera.

En unas semanas (tres si se cumplen los planes de Javier Tebas y de la Liga de Fútbol Profesional) el Celta. Una cifra, en apariencia modesta, pero que supone la tercera más larga de la historia del club en Primera. Solo la mejoran las catorce temporadas que jugó entre 1945 y 1959 y las doce que van desde 1992 y 2004. Esa es la meta del Celta. Más allá de conquistas puntuales, de objetivos que se vayan planteando durante este tiempo, en Vigo sueñan por superar los diez años e incluso acercarse al récord absoluto del club. No es cualquier cosa. El fútbol ha evolucionado mucho, los presupuestos han crecido, la competitividad se ha disparado y casi nadie está a salvo de un susto, de una tragedia. Basta con tomar un par de malas decisiones para que el resto de equipos te devoren. El Celta ha rozado el desastre en los dos últimos ejercicios pese a presumir de tener una plantilla llamada a cotas más importantes. En este tiempo ha pagado su falta de rumbo claro y que se ha manifestado por encima de todo en los cambios vividos en el banquillo, donde no es capaz de encontrar un entrenador que sea capaz de dotar al equipo de una personalidad propia y de recuperar aquellas cosas que el equipo hizo muy bien no hace mucho tiempo.

Sin embargo y pese a los problemas de estas dos últimas campañas, solo hay siete equipos que en la actualidad lleven más temporadas consecutivas en Primera División que el Celta. La prueba de que las tempestades suelen afectar tarde o temprano a casi todos los equipos y de los que ya solo están a salvo los grandes trasatlánticos del campeonato, hinchados económicamente por el reparto de los millones de la televisión. Solo mejoran las nueve temporadas en Primera de los vigueses Real Madrid, Barcelona y Athletic (los tres equipos que han estado en la máxima categoría las 90 temporadas de vida que tiene la Primera, contando la que comenzará en septiembre); el Valencia (que jugará su trigésimo cuarta temporada seguida); el Sevilla (jugará la vigésima), el Atlético de Madrid (18 temporadas seguidas) y la Real Sociedad (que aventaja en poco al Celta y comenzará su undécimo año seguido en la máxima categoría). Al tiempo, el Celta se mantiene en el undécimo puesto de la clasificación histórica de Primera División. Una situación que no es fácil de cambiar, pero los vigueses se siguen distanciando de sus rivales (le persigue el Deportivo) y se va acercando a algunos de los que le preceden: el Zaragoza (que sigue vagando por Segunda División) y el Espanyol (colista la pasada temporada y que ahora vivirá como mínimo un año alejado de la máxima categoría).

Al margen de su situación deportiva, en la que el club mantiene la ilusión de iniciar un ciclo virtuoso en este fútbol que a veces parece gobernado por mareas cíclicas que duran varias temporadas, una de las mejores noticias para el Celta es su salud económica que le convierte en uno de los equipos más solventes de Primera en este sentido y que por ejemplo se ha puesto en evidencia en un momento tan complejo como el actual. La pandemia por el coronavirus va a dejar muy tocados a buena parte de los equipos de Primera y Segunda División, algo que se notará en los próximos meses cuando se vean obligados a afrontar operaciones de venta que seguramente en otras circunstancias no harían. El Celta está atravesando esta tempestad con solvencia gracias a la buena gestión que ha hecho en las últimas temporadas y que le han permitido lograr diez ejercicios consecutivos de beneficio. Algo que parecía impensable en este club no hace mucho, históricamente ligado a los apuros y las apreturas económicas que pusieron en peligro su supervivencia. Tiempos que se fueron y que por ahora no parece que vayan a volver.

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