El fútbol es uno de los sectores afectados por la crisis de la pandemia, por lo que en este mercado de fichajes se espera una desaceleración en las contrataciones. El Celta, por ejemplo, reducirá el número de fichajes con respecto a los realizados en los dos años anteriores, donde sus contrataciones de verano se elevaron a siete. En esta ocasión, se espera que los célticos no superen los seis refuerzos, aunque esa cantidad podría aumentar ante posibles ventas no previstas de jugadores. Desde la calle del Príncipe insisten en subrayar que no esperan cerrar traspasos de jugadores importantes de la plantilla durante las próximas semanas, en las que seguirán centrados en cerrar un acuerdo con la Sampdoria por Jeison Murillo y en la búsqueda de un lateral izquierdo, un centrocampista de banda y un delantero centro. A esas cuatro piezas pendientes se añaden Renato Tapia y Álvaro Vadillo, que ya han cerraron sus contratos con el Celta hasta 2024 y 2023, respectivamente, tras concluir sus etapas en el Feyenoord de Rotterdam y el Granada.

La plantilla del Celta está formada ahora mismo por 25 futbolistas, incluyendo en esta relación a los cedidos con los que no se cuenta (Costas, Jozabed y Mor) y a otros tantos prescindibles (Juncà, Pione Sisto, Juan Hernández y el Toro Fernández). La idea es cerrar un grupo con 22 jugadores, a los que podrán añadirse canteranos en función de las necesidades del equipo.

El curso pasado, el club superó todos los registros anteriores en cuanto a número de incorporaciones y de dinero invertido en los refuerzos. El club gastó 39 millones de euros en fichajes, según reveló su presidente, Carlos Mouriño, tras cerrarse el mercado de verano. A los siete jugadores que llegaron para iniciar el curso se unirían a partir de enero cuatro más, con lo que la cifra de incorporaciones se situó en once a lo largo de la pasada temporada.

Con una pieza menos cerró el curso 2018-19 el conjunto celeste, que hace ocho años inició su nueva andadura en la máxima categoría con menos ambición: seis fichajes de verano y tres de invierno. Entonces, el proceso concursal dejaba poco margen para la inversión en jugadores.

Resuelta esa difícil situación y con las cuentas saneadas, el Celta fue aumentando sus inversiones en la plantilla para consolidar al equipo en LaLiga, en la que afrontará su novena temporada consecutiva. Sin embargo, el coronavirus trastocó las previsiones y el Celta cifró en unos 25 millones de euros las pérdidas por la nueva normalidad de la pandemia, que obliga a disputar los partidos sin público en los estadios.

Sin taquillas por la venta de abonos y entradas, además de la merma en los ingresos por derechos de televisión y publicidad, el fútbol mundial se prepara para reajustar sus presupuestos, lo que llevará a reducir las partidas en fichajes. Vadillo y Tapia llegan a Vigo a coste cero, tras concluir contrato. Ahora, el Celta ha de hacer frente a la adquisición de Murillo, por el que la Sampdoria solicita en torno a los 10 millones de euros. El entrenador también quiere reforzar la delantera, el costado izquierdo de la defensa y el centro del campo si finalmente falla la apuesta por Rafinha Alcántara.

En ese caso, el conjunto vigués se pondría en los seis refuerzos de verano. Con ese número inició la tercera etapa más prolongada en la máxima categoría. Hace ocho años contrató a Augusto Fernández, Krohn Dehli, Cabral, Varas, Park y Samuel Llorca. En enero llegarían Orellana, Demidov y Pranjic. Entonces, como ha ocurrido en las dos últimas temporadas, el Celta evitó el descenso en la última jornada. Ahora, como después de superar esos peligros, el club intentará realizar un buen refuerzo de su plantilla. La crisis de la pandemia, sin embargo, conduce a moverse con cautela, a desacelerar en las operaciones.