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Jeison Murillo eleva el nivel y asume el liderazgo de la zaga en la peor temporada de Hugo Mallo

La llegada del colombiano Jeison Murillo en el mercado de invierno ha sido determinante en la mejoría experimentada por la retaguardia celeste en la segunda vuelta del campeonato. El zaguero cafetero aportó intensidad en la marca, solvencia en el juego aéreo, eficacia en la recuperación y criterio en la salida de pelota, pero sobre todo jerarquía en un grupo carente de liderazgo. Se entendió bien con Araújo, cuyas prestaciones mejoró, y también se compenetró con Aidoo, tanto en línea de cuatro como de cinco hombres. Una de los grandes virtudes ha sido, de hecho, mejorar el juego de sus compañeros.

El excelente rendimiento de Murillo desde que debutó con la zamarra celeste en San Mamés a mediados de enero lo ha convertido en la gran prioridad del Celta para reforzar su equipo de cara a la próxima temporada.

Esta función de liderazgo ejercida por Murillo debería haberla compartido Hugo Mallo, pero el capitán celeste completó su peor temporada desde el retorno del Celta a la máxima categoría. Un dato llamativo: Mallo no llegó el pasado curso a los dos mil minutos tras superar ampliamente los tres mil en las dos campañas anteriores.

El mal momento del marinense se compensó en cierta medida con el gran crecimiento experimentado por Kevin Vázquez, pura abnegación, que ha evolucionado de forma notable en su segundo año en la máxima categoría, hasta el punto de acabar arrebatándole el puesto.

La otra gran decepción de la línea defensiva fue David Juncà, aunque no por una cuestión de bajo rendimiento, sino porque la sucesión de lesiones sufridas por el lateral catalán lo abocaron a una temporada prácticamente en blanco. Los problemas de lesiones y el discreto primer año firmado en el curso precedente por el zaguero catalán lo sitúan más fuera que dentro del Celta para la temporada en ciernes. En duda está también, por su escasa participación Jorge Sáenz, al que resta un año de cesión que el Celta sin embargo podría cortar.

Al resto de la zaga céltica no pueden ponérsele grandes objeciones. Lucas Olaza lo jugó prácticamente todo a un buen nivel y dio cinco asistencias en ataque; Néstor Araújo mejoró claramente sus prestaciones del primera año, especialmente tras la llegada de Murillo; y Aidoo cumplió en general con corrección en su primera temporada en Laliga.

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