La permanencia del Celta se dirime en la cabeza de sus jugadores igual que sobre la cancha. Óscar lamenta el miedo que ha agarrotado a sus discípulos. Los invita a comportarse con valentía en Cornellá. Un discurso que ha repetido sin éxito. Su mensaje no ha calado. Aunque es un factor difícil de pesar, a estas alturas parece obvio que la fragilidad anímica es una de las causas que han bloqueado el talento de la plantilla. El agotamiento que se les palpa "puede ser más un cansancio psicológico que físico", aventura Diego Núñez. "Tiene debilidad mental este equipo".

Núñez, que entrenó al Amfiv, regresó a su Barcelona natal para cursar un master de inteligencia emocional y profundizar en sus conocimientos de programación neurolingüística. Ya de vuelta en Vigo, ha colaborado con Amfiv, Octavio o Teucro. Desde fuera, ya advierte por tanto que limitado en los elementos de interpretación que maneja, observa sobre el Celta: "Creo que ha habido una mentalidad de falta de ambición. 'No vamos a buscar el partido, vamos a esperar, tenemos colchón, vamos a esperar el error de los demás'. Ha faltado rabia, dar el puñetazo encima de la mesa y sacarse el miedo". La actitud debería haber sido la contraria, argumenta: "'Si perdemos, perdemos. Vamos a por todas, que somos el Celta'. Pero cuando se contagia esa mentalidad conservadora, se traduce en un esperar a ver qué pasa".

Y aunque el equipo ha intentado reaccionar al verse abajo, nunca ha encontrado el equilibrio adecuado. "Cuando me meten, voy hacia delante desde un nivel de activación muy alto. Hemos pasado de un control emocional, de estar uniditos, del empate nos vale, a lo otro. Ha dominado la parte mala del estrés. Obviamente la toma de decisiones queda afectada en cuanto a precisión de pase, campo visual? Es uno de los factores que influyen", certifica el experto en inteligencia emocional. "El miedo puede ser el desencadenante del conservadurismo".

Núñez valora la inferioridad céltica respecto a sus rivales en el despliegue, la ubicación, el uno contra uno o los balones divididos. "Cuando estás compitiendo de forma continuada, no disfrutas jugando ya. Es como cuando vas a trabajar y sientes que es otra vez más de lo mismo. Un desgaste psicológico tan importante influye en el aspecto físico. La motivación activa el rendimiento del deportista a nivel físico". Advierte sobre la posibilidad de que los jugadores sufran "secuelas", lo que en realidad ya podría aclarar en parte la amplitud del parte médico.

El Celta afronta la última jornada con ventaja clasificatoria pero desventaja narrativa. Ya no es el equipo involucado en una lucha imposible como en la permanencia del 4 por ciento. Tampoco aquel resucitado por Iago Aspas en A Nosa Reconquista. El protagonismo épico le corresponde al Leganés, vivo contra pronóstico después de que le esquilmasen la delantera. "Va a influir. Tienen que controlar mucho el estrés porque ahora hay miedo", indica sobre los célticos. "Hasta ahora era un miedo relativo. Están en una caída, como le pasó al Girona el año pasado y como le ha pasado al Alavés, que ha salvado los muebles en el último momento. Por mucho que digan, estarán pendientes del partido del Leganés".

Diego Núñez completó su formación en las categorías inferiores. Estuvo con Eusebio Sacristán en el Barcelona B. Y en La Masía percibió características que cuadran precisamente con el pasado azulgrana del cuerpo técnico que comanda Óscar o con hombres como Rafinha y Denis. "Puede ir con el estilo de comportamiento de cada jugador. En la escuela Barça, el estilo de comportamiento no es de liderazgo, es de bloque. Ya salen así de la academia. Todos se sitúan en un perfil introvertido, interior. A nivel de equipo dificulta". Porque la imagen de cohesión que muestra el vestuario podría tener un componente negativo: "Cuando no hay conflicto, no hay aprendizaje. Siempre que hay relación tiene que haber conflicto y debes trabajarlo desde la pretemporada. Es inherente. De lo contrario, eso explota por algún lado y resta. El conflicto suma cuando se resuelve, genera vínculos. Hay que crear puentes emocionales". Se trata de una tarea prolongada, que no se puede remediar en dos días. No existen fórmulas mágicas.

Pero al menos Núñez se ha consolado "escuchando las declaraciones del Real Madrid después de conquistar el título". Porque ha percibido a los merengues muy centrados en lograr que Benzema sea Pichichi. "Menos mal. No va a salir a dormir el Real Madrid, no serán conformistas. Tienen una motivación e irán a ganar. Eso es bueno".