El Celta no pasó de un triste empate frente al Betis en otro partido con sensación de ocasión perdida. Nada hizo por ganar el grupo de Óscar García, que regaló la pelota y el gobierno del choque el rival tras adelantarse en el marcador gracias a la pillería de Nolito, se atrincheró en cancha propia y acabó pagando su exceso de conformismo en una de las pocas llegadas con verdadero peligro del conjunto andaluz al portal de Rubén.

El inmerecido empate cosechado frente al deprimido conjunto de Alexis Trujillo (que respira ya tranquilo) puede bien considerarse un mal menor para los celestes, que incrementan a 6 puntos su renta con respecto al Mallorca con 12 por disputarse. La situación es mejor de lo que era tras la debacle de Son Moix, pero el juego y las sensaciones del Celta distan abismalmente de las que hace solo unas jornadas y no acaban de disipar las dudas que atenazan últimamente al equipo. El cuadro vigués ha entrado en fase depresiva justo se atisba la meta al final del camino.

Lo cierto es que el conjunto celeste jugó uno de sus peores encuentros desde el retorno a la competición. Fue el equipo de Óscar un mediocre, plomizo con la pelota y permisivo sin ella, sin vocación de mando y con una actitud complaciente consigo y el rival que pudo haberle costado los tres puntos de haber señalado González Fuertes lo que parecía un claro penalti de Rafinha a Guardado. Sorprendentemente, el árbitro rectificó su decisión inicial tras consultar la jugada en el monitor a instancias del VAR.

tridente inédito

El vigésimo primer once de Óscar en veintiún partidos con el Celta deparó la interesante novedad de un tridente inédito con pinta de hacer mucho daño. Apostó el sabadellense por mantener ante los verdiblancos la defensa de cuatro empleada contra el Mallorca, cambió a Beltrán por Bradaric en medio campo y junto por primera vez a Aspas, Smolov y Nolito en el frente ofensivo. El trío atacante no encontró soluciones, pero en los compases iniciales llegó al menos un par de veces al área de Joel Robles con cierta sensación de peligro gracias a la energía de Rafinha y al criterio con la pelota de Nolito, que se mostró imaginativo en la elaboración de las jugadas, aunque no logró asociarse con Smolov (el único que trató de buscar el disparo) ni con un Iago Aspasd demasiado arrimado a la derecha e inusualmente desconectado del balón

golito de nolito

El Celta no ha tardado en rentabilizar el fichaje sorpresa del sanluqueño, que contabiliza ya dos goles y una asistencia en 231 minutos sobre el césped. Ayer fue uno de los pocos que miró hacia la portería contraria en lugar de hacerlo hacia la propia y único que (en los primeros minutos del choque) puso algo de mordiente al juego de ataque celeste.

Su segundo gol con los celestes y primero de falta desde su regreso fue un magnífico acto de pillería y toda una demostración del talento del sanluqueño para leer las flaquezas de la defensa rival en las jugadas de estrategia. Nolito se percató al momento de que la barrera estaba mal colocada y aprovechó también el deficiente posicionamiento de Joel Robles para ajustar la pelota al palo corto con un remate raso que hizo inútil la estirada del guardameta verdiblanco.

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Las fotos del Celta - Betis

Las mejores imágenes del partido. // Ricardo Grobas

un celta contemplativo

El gol de Nolito fue a la vez una bendición y una maldición para el Celta. Una bendición porque sirvió a la postre para sumar un punto; una maldición porque desde el momento en que la pelota traspasó la línea de meta el conjunto vigués se ausentó del partido. No fue una desaparición abrupta, sino paulatina. Poco a poco fue cediendo terreno el conjunto celeste hasta regalar por completo al Betis la pelota y el partido. El segundo tiempo fue un ejercicio de ausencia como no se recuerda en mucho tiempo. Acaso porque el Betis no llegaba con veneno, el Celta le regaló espacio y le dio terreno para llegar y tanto se aproximó el cuadro andaluz al portal de Rubén que acabó encontrando la vía para dar con el gol. Daba la impresión de que la pelota le quemaba al equipo vigués por el modo y la rapidez con que se la quitaba de encima, cediendo atrás el balón al portero para que este la rifara con un balón en largo para volver a empezar.

penalti fantasma

Por una vez favoreció el VAR al Celta en lugar de perjudicarle. Y eso que pocos esperaban que González Fuertes rectificase su decisión de señalar como penalti una entrada de Rafinha a Andrés Guardado en el área céltica obviando (tal vez por considerarlo juego peligroso) que el brasileño toca claramente con la puntera en la bota del mexicano. Todo un golpe de fortuna.

tanto va el cántaro...

Tanto va el cántaro a la fuente que acaba por romperse, reza el refrán, y esto exactamente le pasó ayer el Celta. Tanto dejó el conjunto celeste que el balón rondase su área que Canales acabó dando con la tecla para dejar a los celestes con un palmo de narices en una de las innumerables acciones con la pelota detenida que tuvo su equipo. Aprovechó el cántabro uno de los pocos errores de bulto de los celestes en el marcaje para poner a Feddal un balón a la espalda de los centrales que el marroquí (que parece haberse especializado en amargar la vida al Celta) cruzó al fondo de las mallas tras controlar el balón con todo el tiempo del mundo.