La goleada no fue la única mala noticia del Celta en Palma de Mallorca. Denis Suárez, en una acción anterior al segundo tanto local, en un avance que un defensor trompicó, notó ese golpe en el muslo que anticipa el compromiso muscular. El jugador fue sustituido de manera inmediata y se sentó en la grada, con hielo sobre la pierna y el gesto descompuesto. Se temía lo que los médicos confirmaron ayer mediante una ecografía: Denis sufre una rotura de grado II en el bíceps femoral izquierdo. Se ha estimado un tiempo de baja de seis semanas. La Liga concluye el día 19. Ni en el mejor de los escenarios existe la posibilidad de que el salcedense reaparezca en lo que resta. La temporada de su ilusionante regreso a casa ha terminado con la misma amargura con la que ha transcurrido, que solo la permanencia podrá endulzar un tanto.
A la incredulidad le siguió el entusiasmo cuando el celtismo supo a finales de junio que el Celta había fichado a Denis Suárez. Aunque él siempre manifestó su sueño de vestir la celeste con el primer equipo, se supuso que sucedería en el ocaso de su carrera. Denis apostó por el Celta tras años de despegues abortados en el Barcelona y una fallida cesión al Arsenal. El club vigués pagó encantado cerca de 13 millones de euros. Miles de personas asistieron a su presentación de Balaídos, en el acto que abría la "operación retorno".
Pero Denis no ha podido responder a las expectativas, especialmente a las propias. Su rendimiento, excelente en los primeros partidos, fue decayendo en la etapa de Escribá, que lo orillaba demasiado a la banda izquierda. En la decimotercera jornada perdió la titularidad y desde diciembre empezó a arrastrar problemas en el tobillo. Alternó periodos de baja, suplencias y minutos ocasionales saliendo desde el banquillo.
En el aspecto físico, Denis Suárez fue uno de los jugadores a los que más había beneficiado el parón de la pandemia. El joven regresó con la articulación perfectamente recuperada y con ganas de recuperar su importancia jerárquica. Ante el Villarreal solo disputó seis minutos, pero se hizo con la titularidad en los cinco encuentros siguientes: todos saldados con empate o victoria hasta esa derrota en Mallorca.
El Celta pierde al mejor Denis que se había podido ver: más activo en la generación de juego, cómodo en el flanco izquierdo del ataque dentro del 4-3-3 planteado por Óscar, relacionándose perfectamente con Rafinha y Aspas de manera dinámica.
Los preparadores físicos y entrenadores ya habían advertido de que el calendario comprimido de las once últimas jornadas pasaría factura. Habían reclamado al menos una semana más de pretemporada, que se les negó. Y el Celta es una de las escuadras que más está pagando esa combinación de esfuerzo repetido y tensión. A la lesión de Juncá se han unido la del capitán, Hugo Mallo, y la de otro hombre que como Denis había alcanzado ahora su mejor versión, Fran Beltrán, igualmente afectado por el estrés muscular aunque en su caso haya consistido en una elongación.
Denis Suárez concluye la campaña con un gol y cinco asistencias en 26 partidos ligueros (1.637 minutos). Y con ganas de demostrar la próxima temporada lo que no ha podido en esta, aunque sabe que el descenso comprometería su continuidad y todo el proyecto. "Las circunstancias me han apartado del césped, pero no del objetivo de ayudar al equipo a cerrar la temporada como se merece. Quedan cinco 'finales' y vamos a competirlas todos junto. Imos, Celta", ha escrito en sus redes sociales.
