318 segundos de revisión. El récord, según Mister Chip, batiendo los 303 que se tardó en conceder un tanto a Portu con el Girona en Balaídos en la anterior temporada. Más de cinco minutos de parto de los montes. No falló el VAR, sino quienes lo manejan e interpretan. De Burgos Bengoechea pitó algo que no había sucedido e invirtió la carga de la prueba en la apelación: una sombra debió bastarle para concluir que no podía decretar la inocencia de Santi Mina. Al delantero céltico le sucedió como a Alfred Dreyfuss: el ejército francés lo condenó la primera vez porque lo creyó un traidor y la segunda, aunque ya disponía de evidencias contrarias, porque no podía permitirse el deshonor de semejante error.
fragilidad mental
Pensando en lo que hubiera podido ser y en lo que será, el Celta se olvidó de lo que es todavía: un equipo amenazado de descenso. Ni siquiera la polémica arbitral justifica su fragilidad ayer. Los vigueses no supieron rentabilizar las oportunidades que les ofreció el partido, singularmente ese 3-1 al inicio del segundo tiempo que hubiera podido desatar la angustia del Mallorca. El choque debía haberse disputado en esas coordenadas emocionales, pero el Celta se la jugó a cara o cruz en el ímpetu de su optimismo.
la virtud del olvido
En una Liga de digestión tan acelerada, todo nace y se derrumba en pocas horas. El Mallorca persigue ahora la ola que el Celta había cabalgado hasta Son Moix. El éxito reside en la capacidad de olvidar y es lo que necesita el Celta, más incluso que corregir sus fallos. Porque ante el Betis no se debe dilapidar el margen de error que aún manejan los de Óscar García. Otro tropiezo puede abocar a una carrera dramática con el Mallorca, con calendarios similares.
bajas sensibles
Entrenadores y preparadores físicos habían advertido que el apretado calendario tras una atípica minipretemporada multiplicaba el riesgo de lesiones. Además de Mallo, han afectado a dos jugadores que atravesaban su momento más dulce: Beltrán, cuyo dinamismo se necesita en la medular, y Denis Suárez, con cuya creatividad posiblemente ya no se podrá contar si se confirma la rotura.
grietas en el muro
Aunque la brillantez fluctuaba, el Celta se amparaba en esa consistencia que a Óscar le había costado tanto construir. Ayer fallaron incluso Murillo y Araújo. La permanencia pasa por convertir los desajustes de ayer en pecados veniales.
