El inicio de los entrenamientos grupales ha activado la cuenta atrás para el Celta, que se va a jugar la permanencia de Primera División en once jornadas ligueras al frenético ritmo de un partido cada tres días. Todo un desafío para el grupo de Óscar García Junyent, que defenderá su exigua ventaja de un punto sobre los puestos de descenso sin el poderoso aliado de su incondicional hinchada.

La obligación de completar la temporada a puerta cerrada deja al conjunto celeste sin uno de sus mejores cómplices en estos últimos años. El factor cancha fue determinante en la consecución de la permanencia la pasada temporada, alumbró la última clasificación europea del equipo vigués y desequilibró la balanza en favor de los celestes cuando se salvaron en la última jornada de la denominada temporada del 4 por ciento, de la que ayer se cumplieron justamente siete años.

El azar ha querido que el equipo celeste retome la competiciónel próximo 13 de junio frente al Villarreal, justamente el equipo que propició el pasado curso su remontada. Los celestes perdían 0-2 al descanso un partido que les habría dejado 7 puntos por debajo de la permanencia, pero lograron inesperadamente dar la vuelta a un partido que se había puesto muy feo gracias al talento inabarcable de Iago Aspas y al empuje de una afición que nunca dejó de creer en la remontada. Dos jornadas después, el Celta abandonaba, para no volver a ocupar, el furgón de cola en el que había transitado durante meses por LaLiga. La afición llevó en volandas al equipo en los últimos cuatro partidos en casa, donde el Celta ya no volvió a perder (tres triunfos y un empate).

Esta temporada la hinchada celeste ha acudido de nuevo en auxilio del Celta en cuanto el club ha tocado a rebato con coloridos recibimientos al equipo a su llegada al estadio e incondicional empuje desde la grada. El calor de Balaídos fue clave, por ejemplo, en la reciente remontada frente al Sevilla que ha propiciado, de la mano de Óscar García, la mejor racha del curso. El Celta no ha vuelto a perder.

El propio técnico céltico hacía referencia en su última comparecencia virtual al provechoso efecto que factor ambiental tiene en el rendimiento del equipo. "Teníamos mucha ilusión de que en estos partidos que nos quedaban hubiera un gran ambiente. Siempre la gente nos ayuda mucho. Habíamos cogido una racha muy buena en casa y queríamos seguir con ello", lamentó el técnico celestes en referencia al imperativo de tener que reanudar LaLiga a puerta cerrada.

De las once jornadas que restan por disputarse, seis van a celebrarse en Balaídos y cinco a domicilio, de modo que, lo que antes era una ventaja va a convertirse en desventaja. Solo uno de los cuatro equipos implicados en la lucha por la salvación, el Espanyol, está en la misma situación que los celestes. El Eibar, el Mallorca y el Leganés, en cambio, disputarán cinco encuentros como locales y seis como visitantes.