El peligro de las altas temperaturas no es nuevo en el fútbol, que desde hace ya un par de temporadas ha establecido la obligatoriedad de interrumpir el juego con pausas de hidratación para evitar que los futbolistas sufran golpes de calor. Curiosamente, un golpe de calor sufrido por Roberto Lago propició el debut de Hugo Mallo en el conjunto celeste hace casi once años. Ocurrió concretamente el 31 de agosto de 2009, en Balaídos, durante el duelo inaugural del campeonato de Segunda contra el Numancia que los celestes acabaron perdiendo por 1-2. Lago tuvo que retirarse del terreno de juego al final del primer tiempo tras sufrir una repentina alteración de la temperatura corporal. "El cuerpo no es capaz de regular a temperatura exterior del campo. Se caracteriza por una sudoración muy profusa, un estado de agotamiento superior al normal y una sensación de mareo", describió entonces Juan José García Cota. Y no fue el único damnificado de la jornada porque el portero Ismael Falcón sufrió horas después un episodio de mareos y náuseas que el médico también atribuyó a las altas temperaturas, cercanas aquella tarde a los 34 grados.
El problema de Lago benefició, sin embargo, al actual capitán, que sumó el primero de sus 360 partidos como profesional con la casaca del Celta.
