El racismo que ha padecido Pione Sisto en el país que acogió a su familia, después de que tuviese que huir de la guerra de Sudán del Sur y refugiarse en Dinamarca, centra la segunda entrega de la entrevista del diario Politiken con el jugador, quien el sábado revelaba la depresión sufrida en el Mundial de Rusia.

"Los padres de los compañeros de clase se quejaban indignados por el color de mi piel. Les escuchaba decir cosas como ' ahora juega a la pelota', y después algo feo sobre el color de mi piel que no reproduciré. Solamente porque no me parezco a la mayoría de los niños daneses. Me sorprendió que los padres actuaran así con un adolescente que era compañero de equipo de sus hijos", relata Pione Sisto al recordar sus años de escuela e inicios en el fútbol. Entró en la cantera del Midtjylland, con el que logró un título de Liga y el premio al mejor jugador del año.

Los éxitos y el dinero no hicieron más feliz a Sisto. "No puedo ser perfecto. Quería serlo porque es lo que la gente muestra de sí misma en las redes sociales. Durante gran parte de mi carrera, me sentí presionado en el campo porque estaba persiguiendo el reconocimiento en las redes sociales. Fue difícil porque la gente trata de mostrar los defectos de los otros y el lado perfecto de sí mismos. Sé que no puedo ser perfecto, pero parece que los jugadores de fútbol deben serlo todo el tiempo; de lo contrario, te lo harán saber. Es una pérdida de tiempo. Quería intentar que la gente entendiera mi mundo a través de Instagram. Traté de explicarme. Si la gente me entendía mal, les escribía uno por uno. Puse demasiado esfuerzo en ello y simplemente me agoté. Pasé más tiempo con los que no me entendían que con los que sí lo hacían", explica el jugador del Celta al repasar etapas recientes de su vida.

Valora el apoyo de su hermano Ángelo y vuelve a recordar sus peores momentos de 2018, año del Mundial de Rusia, en el que sufrió una depresión. "Tengo todo el dinero que quiero. Tengo un coche grande, una casa grande, y soy famoso a los ojos de los demás. Pero he luchado para ser feliz durante los últimos dos años y en el 2018 no lo fui en absoluto. Pude sentir mi cuerpo derrumbarse", añade el céltico.