El Celta ha comunicado a Boca Juniors su intención de ejercer la opción preferencial para comprar a Lucas Olaza por 4 millones de euros, si el equipo celeste consigue mantenerse en Primera División, según ha informado el canal argentino TyC Sports, que cita fuentes del club porteño. El equipo vigués, no obstante, negocia al mismo tiempo extender el contrato del jugador hasta la finalización de la temporada para garantizarse su continuidad en el caso de que LaLiga se tenga que completar en el mes de julio. Si no alcanzase un acuerdo con Boca, el Celta se enfrentaría al espinoso dilema de decidir si afronta la compra del jugador sin conocer la categoría en que va a militar la próxima campaña.
La adquisición en propiedad del lateral uruguayo queda, en principio, supeditada a la permanencia en la categoría en un momento de gran incertidumbre sobre el desenlace del campeonato español, que no está garantizado que pueda completarse. El visto bueno del Ministerio de Sanidad al plan de Javier Tebas para el regreso a los entrenamientos con la idea de retomar, si la situación sanitaria lo permite, las once jornadas que restan por disputarse plantea al Celta la necesidad de negociar la extensión de los contratos de los seis futbolistas que tiene a préstamo hasta el 30 de junio.
El club vigués ha abordado el problema, que afecta también a Rafinha, Pape Cheikh, Jeison Murillo, Filip Bradaric y Fedor Smolov, con el propósito de guardarse las espaldas ante la posibilidad (ahora más probable) de que LaLiga se reanude. El Celta negocia individualmente cada caso con los clubes de origen con distinto grado de dificultad, aunque en general buena predisposición por parte de los jugadores. No obstante, en la Calle del Príncipe preocupa la posibilidad de no poder disponer de varios de los pesos pesados del equipo para el tramo decisivo del campeonato.
El caso de Olaza presenta el inquietante matiz de que el técnico, Óscar García Junyent, no dispone de un recambio de garantías para el lateral izquierdo. La alternativa natural a Olaza es David Juncà, cuyo rendimiento ha estado bajo sospecha desde su llegada a Vigo y que este curso apenas ha jugado tres partidos de Liga por culpa de una sucesión de lesiones que lo ha mantenido varios meses alejado de los terrenos de juego.
Aunque Juncà dispone del alta médica desde comienzos de febrero, el largo de periodo de inactividad de estos meses sumado a la inevitable pérdida de tono físico derivada de la paralización de la competición, hacen muy difícil que pueda adquirir el nivel de forma requerido para afrontar los once partidos que faltan por jugarse.
Y el rendimiento de Olaza, que ya fue clave en la consecución de la permanencia la pasada temporada, está fuera de toda discusión. El uruguayo es, con muy buenas prestaciones, el segundo futbolista de la plantilla celeste con más minutos sobre el césped (2.250) tras Iago Aspas. La regularidad defensiva de Olaza, que tan solo se ha perdido este curso dos encuentros, se ha complementado con muy interesantes números en la faceta ofensiva, hasta el punto de que el uruguayo comparte con Denis Suárez la condición de máximo asistente del equipo, con tres pases de gol, y es uno de los futbolistas más fiables del plantel con la pelota detenida.
A diferencia de otros cedidos con gran peso específico en el equipo, como Rafinha Alcántara o Jeison Murillo, cuyo coste y salario implica necesariamente la continuidad del Celta en Primera División, Olaza presenta un precio asequible. Los 4 millones pactados en su momento en la opción preferencial para la adquisición del 80 por ciento de sus derechos (el 20 por ciento pertenece al Talleres de Córdoba) suponen, con independencia de la categoría en que milite el Celta el próximo curso, una inversión fiable por un futbolista que se ha revalorizado de forma notable en la temporada y media que lleva defendiendo los colores del Celta.
El club vigués cuenta, además, con la importante baza de que Olaza ha manifestado públicamente su intención de continuar en Vigo y va a poner de su parte para que se alcance un acuerdo.
